N ° 44/2000
Buenos Aires, diciembre 18 de 2000.-
(Extracto de denuncia formulada por Javier Llorens ante la Sindicatura Federal y ante el Diputado Nacional Mario Cafiero
El Diputado Nacional Mario Cafiero pidió que la Auditoria de la Nación investigue el crecimiento de la deuda externa por el canje de bonos realizado en junio de este año.
Sus responsables funcionales son el ministro de Economía, José Luis Machinea, el secretario de Hacienda Mario Vicens, el secretario de Finanzas Daniel Marx, y el subsecretario de Financiamiento Julio Dreizzen, de quién depende la mencionada Oficina Nacional de Crédito Público. Fue autorizado e implementado mediante resoluciones 180 y 223/2000 del secretario de Hacienda Vicens; y la resolución 440/2000 del ministro de Economía Machinea. Sus intermediarios fueron el Banco de Inversión GOLDMAN SACHS AND CO, como “Coordinador Global”; el J.P. MORGAN & CO., DEUSTCHE BANK, ALEX BROW, Y CHASE SECURITIES INC, como “Colocadores Principales”; el CITIBANK NA como “Agente de liquidación”, y los “Bancos Creadores de Mercado”, como “Colocadores de la Operación”.
La operación de canje se llevó a cabo la primera semana del mes de junio pasado, a una velocidad inusitada, rescatándose U$ 3.330,3 millones en bonos Brady, con vencimientos en el año 2023, cuya tasa de interés media oscila entre el 6 y 7 % anual, a cambio de la emisión de U$ 2.402,7 millones de Bonos Globales Externos, con vencimiento en el año 2015, con una tasa de interés del 11,75 % anual y un rendimiento según condiciones de emisión del 13,302 % anual, mas el pago de U$ 289,6 millones en efectivo. El 8 de junio, las autoridades económicas, mediante un comunicado de prensa del secretario de Finanzas Daniel Marx, informaron que con el canje se habría obtenido una reducción de la deuda bruta de U$ 927,6 millones, y una ganancia financiera en términos de valor presente neto de U$ 218 millones, cifras que a su vez se encuentran ratificadas en el Boletín Fiscal del 2do Trimestre 2000 del Ministerio de Economía (‘canje de Deuda Pública 5/06/2000’)
Pero ambas cifras SON FALSAS, ya que en realidad la reducción bruta de la deuda fue de U$ 837,3 millones, y la ganancia económica financiera a valor presente neto no existió, sino que por contrario existió una PERDIDA del orden de los U$ 650 millones. La primera cifra fue obtenida mediante computar el valor caratular de los bonos FRB recibidos en canje, no su valor residual en ese momento; y mediante efectuar un fraudulento canje adicional con el Banco Central, por el cual a cambio de esos mismos bonos FRB, se obtuvieron bonos Par y de Descuento con sus garantías colaterales, mejorando con esta ‘contabilidad creativa’ los resultados de esa ruinosa operación. La segunda cifra fue obtenida mediante computar doblemente, para el cálculo del valor presente neto, a las garantías colaterales de los bonos Brady rescatados, correspondientes al pago de capital y un año de sus intereses, más el pago del capital de los bonos y de todos sus intereses, punto en el que radicaría la sustancia de la defraudación.
Ante los cuestionamientos que efectuaron algunos medios especializados respecto al resultado del canje, el subsecretario de Financiamiento Dreizzen, en una nota que publicó Ámbito Financiero el 19 de junio pasado con título ‘Canje provocará importante ahorro’ (Pág.12) incurrió en un ardid adicional. Sostuvo que el cálculo del valor presente neto de la operación de canje, se debía realizar no con una taza de descuento, sino con una diferencia de taza de descuento entre las de los bonos rescatados y emitidos, cuestión de además de carecer de todo asidero técnico ofende a los principios más elementales de la matemática financiera al asignarle así a la potencia, la propiedad distributiva con respecto a la suma y resta. Esta afirmación ofende también intelectualmente a los argentinos, y es inadmisible que haya sido efectuada por dicho funcionario a título de ignorancia, ya que Dreizzen es Licenciado y Master en Economía y profesor de matemática para economistas.
El canje se revela en realidad como una ruinosa operación de endeudamiento subrepticio ya que la liquidación de las garantías colaterales rescatadas de un valor nominal estimado de U$ 3.185 millones en bonos cupón cero del Tesoro de Estados Unidos, con vencimiento en el año 2023, le permitió a la secretaria de Hacienda obtener una momentánea liquidez de alrededor de U$ 400 millones, descontado los gastos y lo pagado en efectivo por el canje. El costo de este endeudamiento subrepticio, representa una enorme y ruinosa tasa a largo plazo del orden del 17% anual, a todas luces inadmisible, y más aún en el momento en que se llevó a cabo la operación, que arroja de esta manera resultados calamitosos para Argentina. A cambio de una ínfima disminución de la Deuda Pública neta a valores contables de U$ 62,7 millones, deparó en realidad los siguientes resultados redondeados:
U$ 540 millones de aumento neto de la deuda pública a valores de mercado.
U$ 2,350 millones de aumento nominal neto de la deuda pública.
U$ 1,960 millones de aumento de los compromisos de pago futuros.
U$ 650 millones de pérdida a valor presente neto.
U$ 28,630 millones de aumento de la deuda, si se proyecta dicha pérdida a 30 años con la tasa de interés con que Argentina refinancia su deuda a largo plazo.
U$ 72,450 millones de aumento de la deuda, si se proyecta la pérdida a 30 años, con la tasa implícita de interés resultante del canje, del 17% anual.
Además de estas gravísimas pérdidas en términos económicos financieros, el canje fue efectuado en clara burla a la ley 24.156. No se dio intervención al Banco Central a los efectos de la ponderación del impacto de la operación sobre la balanza de pagos, como prevé el artículo 61 de ella. Tampoco sus resultados implicaron “Un mejoramiento respecto de los montos, plazos o intereses” que establece en su artículo 65. Por contrario la reducción de los plazos y el aumento de los intereses representaron un notable desmejoramiento, respecto a los bonos rescatados. Lo mismo se puede decir en cuanto a los montos, si en ellos se incluyen los servicios de intereses. Por estas razones, conforme al artículo 66 de la mencionada ley, el canje sería nulo y sin efecto, sin perjuicio de la responsabilidad de quienes lo realizaron.
Argentina Days 19/2000 lo había anticipado el 20 de junio de este año:
Cuando hace algunos meses el banco de inversión norteamericano Goldman Sachs adquirió una importante parte del grupo Clarín muchos se preguntaban porque un banco compraba este medio. Como siempre se censo que alguien estaba detrás de dicho banco, pero el canje de bonos Brady demuestra algo distinto.
La Resolución 188/2000 de la Secretaría de Financiamiento del Ministerio de Economía a cargo del Mario Vicens le adjudico a Goldman Sachs sin concurso alguno la gestión por la cual cobro una comisión bastante importante.
Clarín es socio del Estado Argentino en Papel Prensa, es socio de CTI, compañía que incumplió los planes de inversión comprometidos cuando ganó la licencia, por lo cual debería haber sido revocada, el grupo Clarín tiene innumerables licencias de comunicaciones que dependen de autorizaciones estatales, todo esto es una pequeña muestra del poder del monopolista Grupo Clarín que favorece los negocios de sus accionistas.
El Grupo Clarín desde la derogación del Art. 45 de la Ley de Radiodifusión que le permitió acumular un enorme poder de presión se ha convertido en un holding prestador de muchos servicios pero que dejo de informar la verdad. Hoy al leer el Clarín, escuchar sus radios y ver sus canales de televisión uno puede saber perfectamente el grado de amenaza a nuestra libertad y la coacción que sufren jueces, legisladores y funcionarios del poder ejecutivo.
Pero Goldman Sachs y GTE son socios de Clarín y ahí está la única posibilidad que los argentinos tenemos que alguna autoridad detenga el poder extra institucional del grupo Clarín, porque las conductas monopólicas podrían ser investigadas en los EE.UU. Las empresas y personas norteamericanas pueden ser investigadas en su país cuando ejercen políticas monopolistas aún en el exterior.
Por cierto el Oficial de Persecuciones y Encubrimientos Massoni, ni su escudero Garrido formularon denuncia alguna contra los funcionarios de Economía que armaron este negocio por el cual Goldman Sachs debe haber cobrado varias decenas de millones de dólares.