N ° 19/2000
Buenos Aires, junio 20 de 2000.-
El gobierno organizó un canje de deuda de bonos Brady y lo presento como un gran éxito financiero. Para ello sostuvieron que los bonos rendían 16% anual de tasa de interés y la nueva deuda fue colocada a solo un 13% anual.
La verdad es que el rendimiento de los bonos no es un costo del Tesoro, ya que se compone con el valor bajo la par del bono y la tasa a pagar. Según mis recuerdos los bonos Brady pagaban una tasa muy baja (alrededor del 6% anual) por tener garantías en Bonos Zero Cupón del Tesoro Norteamericano.
En otras palabras el Estado Argentino habría pasado a pagar casi el doble de intereses anuales por esa deuda y además ahora tenemos la deuda de capital que con los bonos Brady no existía.
Los bonos Brady tienen como garantía de su pago final Bonos Zero Cupón adquiridos al momento de ser emitidos. En otras palabras la Argentina debía pagar sus intereses pero al finalizar los bonos en el año 2020 el capital estaba prepagado por esos Bonos que deberá pagar el Tesoro de los EEUU.
Con el canje la nueva deuda deberá ser pagada por el Tesoro Argentino, además de pagar casi el doble en tasa de interés. El objetivo de este canje fue hacer una alquimia contable para cerrar “contablemente los números del Tesoro Nacional ante la misión del FMI”.
Si esto fuera así la Argentina se habría endeudado en forma injustificable para salvar una urgencia contable del gobierno. El resultado real sería mayor deuda a mayor tasa de interés. Un brillante negocio organizado por Goldman Sachs, solo que huele mal.
Pero que demuestra como mientras la prensa nos entretiene con alguna compra de lápices y gomas de borrar como actos de transparencia los verdaderos y grandes negocios con el Estado quedan disimulados en “operaciones financieras y reglamentaciones” ajenas a un control y transparencia que permitan cuidar los dineros del pueblo.