N ° 50
Buenos Aires, diciembre 31 de 1999.-
Con esas palabras un anónimo diputado nacional, supuestamente aliancista, corto el tímido aplauso del Bloque de Diputados de la Alianza al aprobarse el “Impuestazo”. Lo cual demuestra que tenían conciencia de su propio crimen, su inmoralidad.
El impuestazo es inmoral y un crimen porque significa un robo al bolsillo de los ciudadanos para pagar las barbaridades de los políticos. Pero este paquete llamado “Impuestazo” trae escondido el final del derecho de propiedad, del derecho de defensa en juicio, de la igualdad ante la ley, y la división de poderes.
En otras palabras la república, la democracia han sido aniquiladas. El capítulo de reforma de la ley de procedimiento tributario que faculta a la DGI/AFIP a embargar bienes y cuentas corrientes por un mero acto administrativo sin participación de un juez, sin siquiera notificar al supuesto deudor para que ejerza su defensa han terminado con el derecho de propiedad, la defensa en juicio y la separación de poderes.
Todas esas instituciones son el pilar de una república. Los aliancistas, tanto radicales como frepasistas, han demostrado –una vez más- que para ellos la democracia, la república son solo un formalismo de procedimientos legales. Formalismos que tuvieron el nazismo, el comunismo (leninista, stalinista, maoísta, de Pol Pot, castrista, etc.), o cualquier otra forma de autoritarismo.
Es en las sustancias del derecho, de la limitación del poder, del estado, donde se reconoce la democracia. Fernando de la Rua y su gobierno al aprobar esta ley han cometido un delito, llamado “infames traidores a la patria”. Él único que establece nuestra Constitución Nacional en forma expresa, la que ellos juraron cumplir y hacer cumplir.
“Artículo 29 de la Constitución Nacional: El Congreso no puede conceder al Ejecutivo Nacional, ni a las legislaturas provinciales, a los gobernadores de provincia, facultades extraordinarias, ni la suma del poder público, ni otorgarles sumisiones o supremacías por las que la vida, el honor o las fortunas de los argentinos queden a merced de gobiernos o persona alguna. Actos de esta naturaleza llevan consigo una nulidad insanable, y se sujetarán a los que los formulen, consientan o firmen, a la responsabilidad y pena de los infames traidores a la patria.”
¿Qué otra cosa es darle a la AFIP/DGI la facultad de embargar cuentas, bienes sin dar oportunidad de defenderse al contribuyente, sin participación de un juez?
No debemos olvidar que los funcionarios públicos son además de conciudadanos, nuestros empleados. Y ahora aquellos que están en la DGI/AFIP serán nuestros enemigos, algo que tal vez ni siquiera ellos quieren.
Si pueden tener estas facultades pagar impuestos será un acto casi de imbecilidad. Será pagarle a nuestros verdugos, a quienes pueden atacar nuestra propiedad sin que podamos defenderla.
Hoy son los morosos y evasores, mañana podrían ser los negros, los judíos, los oligarcas, o lo que venga en gana al poderoso de turno.
Demás esta destacar que el primer moroso, el primer deudor en este país es el Estado. Y que muchos deben sus tributos porque existe una cascada de efectos perversos ante la morosidad del estado en pagar sus cuentas.
Los Senadores justicialistas fueron los cómplices necesarios del crimen. La oposición en todo el mundo debe ocupar su rol, no simular que se opone pero en realidad facilita la aprobación de las leyes del gobierno. Y que no mientan con la necesidad del presupuesto y la reforma porque los inversores lo verían mal.
En los EEUU en los últimos doce años más de una vez la oposición y hasta legisladores del gobierno que se oponían a medidas presupuestarias dejaron a la primera democracia del mundo sin presupuesto por meses. Bien lo saben Reagan, Bush y Clinton. Y una reforma tributaria lleva años de aprobar.
Aquí los apretaron, con amenazas que deberían hacerse públicas para saber quien tiene ese poder y con qué. Así se lo sacamos porque es un verdadero peligro para nuestra libertad y propiedad. Si los legisladores van a aprobar sin discusión, sin estudio todo cuanto les envía el Poder Ejecutivo llegamos a la conclusión lógica que el órgano legislativo es innecesario.
No se trata de una postura antidemocrática la mía sino la de ellos. Que hacen que gobierno y oposición sean lo mismo. Que no cumplen su rol institucional, ni su mandato y solo significan un gasto enorme al bolsillo de los demás argentinos.
Porque finalmente siempre nos queda la sensación que cada ley tributaria hace que haya algunos legisladores más ricos mientras nos meten la mano en el bolsillo.
En este caso del Impuestazo los senadores justicialistas nos entregaron a la Alianza, por eso fueron los cómplices necesarios para el crimen.
Ajuste de los políticos debería empezar por casa. Ni cambio de jardines, ni de cortinas. Lopérfido ahora quiere cortinas azules para la sala de conferencias, y otros decorados más. En Olivos necesitan cambiar
Igualmente en veinte días de gobierno queda claro que durante dos años la Alianza en lugar de prepararse a gobernar estuvo haciendo marketing para ocultar su incapacidad para gobernar. Estaban formando equipos, planes, crearon el IPA (Instituto Programático de la Alianza), y cuando llegaron aplicaron la vieja confesión alfonsinista: no saben, no quieren, ni pueden.