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N ° 47

Buenos Aires, diciembre 10 de 1999.-

KOSOVO Y CHECHENIA

      No debimos esperar mucho tiempo luego de la crisis por Kosovo para comprobar la inmoralidad de los políticos europeos en materia de política internacional. Una declaración de condena a Rusia por el Parlamento Europeo es la prueba de la pericia en elusiones y disimulos. Se necesito un ultimátum de los rusos a la población civil de Grozny para que los EEUU los amenazaran con que no debían bombardear la ciudad.

      Con un viejo reflejo imperial y en medio de una crisis de espías, Yeltsin viajo a China Popular para firmar un tratado de cooperación militar y nuclear. Y desde allí le recordó a Clinton que Rusia está mal pero aun posee un importante arsenal nuclear y no aceptaría que los EEUU les diga como “vivir”.

      La realidad que esconde esta guerra es que los rusos no quieren que existan gasoductos entre los países de Oriente y Europa fuera de su control, defienden un negocio por la fuerza. Mientras tanto con todo cinismo los políticos europeos evaluaban los riesgos de otra república musulmana. Y la consideraron un peligro mayor que la alicaída Rusia.

      Si mi información es correcta el PBI de Rusia en 1998 ya resulto menor que el de España. Rusia tiene un gran poderío nuclear heredado del Imperio Soviético, pero ya no es ni una potencia económica, ni militar, al menos para alentar sueños imperialistas. Lo que de aquel imperio queda es igualmente mucho, pero su capacidad de abastecer a un ejército en una guerra larga hoy está disminuida en forma dramática.

      Por eso hoy los europeos, en especial, se hacen los distraídos con la guerra en Chechenia. Está lejos, en el medio aún hay un grueso colchón geográfico. Además es una guerra que va en línea con las tradiciones imperialistas europeas. Porque la política encubierta es elegir entre un verdugo que podríamos decir es un comunista reconvertido en mafioso con el dinero del FMI y un grupo de guerrilleros islámicos que lidera otro musulmán, pero criminal. Y se elige el verdugo más a tono con Europa.

      Pero los europeos deberían haber aprendido lo costos que es mirar hacia otro lado cuando las bandas del Kremlim dirigen guerras o se apoderan de los generosos dineros del FMI, Banco Mundial, etc.

 

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