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N ° 46

Buenos Aires, diciembre 03 de 1999.-

CON EL CARRO ADELANTE DEL CABALLO

      Con poca imaginación los economistas de la Alianza piensan poner nuevos y mayores impuestos para “los más ricos”. La excusa es controlar el déficit fiscal y la promesa, la de siempre, bajaran fuertemente el gasto público.

      Todo verso. Hacen ya casi diez años que comenzaron con su promesa que con bajar la corrupción se ahorrarían entre “3.000 y 5.000 millones” de dólares (siempre se habla de miles de millones como nada). Por lo tanto la lógica sería que eliminen el impuesto de la corrupción, pero parece que ahora que llegaron al poder o van a ser corruptos o mentían.

      Y no hablamos solo del Chacho Alvarez, ahí está Ricardo López Murphy que se paso años explicando como debía bajarse el gasto público, que amenazó que la solución nacional era reducir 10% todos los salarios, después quiso dar media marcha atrás diciendo que solo los salarios públicos.

En la Alianza lo alejaron por piantavotos y ahora lo nombran ministro. Entonces todos podíamos ilusionarnos (por 72 horas) que iban a bajar el gasto. En la primera reunión preparatoria del gabinete de Fernando de la Rua, José Luis Machinea comenzó a explicar a sus colegas que debían bajar $ 2.000 millones el gasto del presupuesto nacional. La primera voz que se alzo en contra fue la de Ricardo López Murphy quien señalo que en su futuro ministerio el ajuste estaba hecho y no había nada para recortar.

      Después Terragno en un reportaje dijo que para combatir la evasión debían bancarizarse todas las operaciones mayores de $ 10.000, porque además con ello la gente se bancarizaría y entonces los bancos podrían bajar sus costos. Verdadero sofisma, además de ser un atropello a la libertad contractual.

Si los bancos quieren que la gente se bancarize, deben bajar primero ellos sus costos al público. Lo de Terragno es un fenomenal “favor” al negocio bancario. ¿Qué sucede en nuestro país que todos quieren generarle mayores negocios a los bancos? ¿Cuántas décadas y negocios más necesitará la banca argentina para reducir sus costos y prestar dinero al sector privado, no al estado?

También para ayudar a esta banca generosa cuyos créditos tienen tasas altísimas, se está anunciando dar garantía a los créditos que tomen algunas provincias para reconvertir su deuda con bancos. Esto ayudaría a que bajen los intereses que pagan esas provincias y se callan que con ello los bancos que durante años les prestaron a tasas elevadísimas van a poder cobrar créditos que se saben impagables.

La fiesta de siempre pagamos los de siempre por quienes hicieron la fiesta. La resaca de la fiesta que sea para quienes la hicieron y disfrutaron. Si tienen que caerse gobiernos, reducir su administración, y hasta caerse bancos por financiar en forma irresponsable, debe suceder. ¿O es qué nos invitaron a la fiesta y nos convidaron? ¿Nos repartieron ganancias de esos bancos, nos bajaron los intereses por ser buenos pagadores? Todo lo contrario nos suben los intereses y reclaman garantía del Estado Nacional para asegurarse el cobro de créditos que jamás debieron dar.

¿Porqué no obligar a la gente a consultar a un abogado antes de comprar su almuerzo, o un café, etc.? Son contratos, y si los abogados tuvieran más clientes podrían bajar sus costos a sus clientes. ¿Porqué no enfermar gente y asegurarle trabajo a las obras sociales? Así bajarían sus costos.

Repongan el “número vivo” antes de la proyección de las películas. Algo que dispuso Perón en los años ’50 para asegurar trabajo a los artistas. Volvamos a todas las cosas que en el pasado nos hicieron fracasar.

Pero por favor que el regalo no siga siendo solo para la banca. Todos pueden ensayar una falacia para recibir un subsidio.

Si durante tantos años no se prepararon para gobernar sería mejor que muchos se vuelvan a su casa. No tienen derecho a tomarnos el pelo, ni a nosotros el pueblo, ni al Presidente que los convoca y designa.

      Esta película ya la vimos. Así no hay solución a la recesión actual. Lo que deben hacer es cumplir con la otra parte del discurso, aumentar la competitividad. ¿Cómo? Reduciendo las tasas de los impuestos, pero generalizándolos y cobrándoles a quienes no pagan. Lo demás es seguir con el caballo delante del carro.

 

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