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N ° 45

Buenos Aires, noviembre 26 de 1999.-

EXPERIENCIA MEJICANA

      La hija de un amigo egresa del colegio secundario y viajo con sus compañeras a Méjico por ocho días. Más allá del cambio que significa para jóvenes viajar y conocer el mundo como forma de abrirse la mente, conocer otras culturas, muestra también cuanto hemos progresado como país. Hay grupos de estudiantes secundarios que viajan al exterior.

Viajar al exterior como turista era algo que antes de Carlos Menen era un lujo. Además implicaba conseguir “dólares” libres en el mercado libre que llamábamos mercado negro porque el estado a través del Banco Central (que presidía José Luis Machinea también) solo vendía algunos pocos a los turistas, ya que debía “controlarse el flujo de divisas”. ¿Y nos decían que éramos libres?

      Más allá de este cambio, de cuanto menos cuesta hoy viajar al exterior por la competencia, beneficios que muchos no relacionan con los cambios instrumentados desde 1989 pero que están muy estrechamente ligados, la joven vino impresionada por la imagen que los mejicanos tienen de nosotros.

      Los mejicanos más humildes, los trabajadores y cuentapropistas, todos le hablaban de “un peso, un dólar”, “Ustedes se salvaron porque tienen a Menem”, “El mejor jugador del mundo se llama Carlos Menem”, etc.

      Argentina ya no es Maradona, los indios que salen y rompen todo, somos un ejemplo de cambio en paz, de progreso.

La joven creo que ni siquiera voto al justicialismo en las elecciones de octubre, pero fue en Méjico cuando se dio cuenta de cuanto habíamos progresado esta década. Cuando los más humildes de allá le preguntaban sobre nuestro presidente y le decían que ellos necesitaban uno así.

 

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