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N ° 44

Buenos Aires, noviembre 12 de 1999.-

SORPRESAS Y CONFIRMACIONES

      Todos los rumores acerca del futuro gabinete de ministros de Fernando de la Rua parecen traer una sorpresa. El alfonsinismo y el Frepaso (en especial su ala más izquierdista) tendrán un rol protagónico. Esto no es lo que la gente votó como cambio.

      Tampoco voto más impuestos y ajuste al sector privado.

      El debate por la aprobación del presupuesto nacional y acerca de una nueva ley de coparticipación federal de impuestos por el contrario es una confirmación acerca de la incapacidad que tienen los sectores izquierdistas para gobernar. Casi todos los argentinos sospechábamos luego de las elecciones de 1997 que en 1999 el presidente electo sería de la Alianza.

Desde que Fernando de la  Rua ganó a Rosa Graciela Castagnuolo de Fernández Meijide la elección interna los radicales sabían que de ganar ocuparían el ministerio de economía. Alfonsín y su sector comenzaron de inmediato a trabajar para colocar al delfín de Juan Vital Sourruille en el Ministerio de Economía. José Luis Machinea estaría así por volver al primer plano de la administración pública. Confirmando además que en todo este tiempo, no diseño ni un presupuesto, ni un proyecto de ley para la coparticipación federal de impuestos.

Sin embargo debo destacar que José Luis Machinea es probablemente quien más seriamente ha trabajado desde la Alianza durante meses para formar un equipo que pueda hacerse cargo de la administración económica del país.

Es la confirmación de la falta de preparación para gobernar que tradicionalmente han demostrado los radicales en las últimas décadas. Ahora quieren votar el presupuesto de Roque Fernández-Menem y alguno de los proyectos de ley de coparticipación federal de impuestos que han presentado los justicialistas. Tantos años denunciando al ajuste menemista, y preparándose con discursos de comité parecen no haberles dejado tiempo a los cuadros para prepararse a gobernar.

Los justicialistas van a votarles el presupuesto pero ningún aumento de impuestos. Roque Fernández bajará los aportes patronales según estableció la última reforma impositiva. Y la Alianza anulará la rebaja y elevará los impuestos. ¿Cuáles? Es un camino por verlo, pero ciertamente el peronismo no va a quedar pegado a una suba de impuestos.

En muchos aspectos aun cuando todavía no fueron designados ya muestran limitaciones y la falta de preparación. Lo grave es que de la Rua no parece tener a mano otro equipo y en la historia el radicalismo no ha demostrado mucha aceptación a ceder ningún cargo a personas o grupos ‘independientes’.

Fernando de la Rua, tenía que ganar la elección y debe presidir. Lo primero ya lo hizo. Gobernar con un dream team del alfonsinismo y del Frepaso parece más difícil de ser alcanzado.

      El planeado consejo asesor que sueña Fernando de Santibañez no puede reemplazar a los ministros, ni constituirse en un factor de poder. Los empresarios que lo integrarían son un factor de poder y consulta por sí solos. Pero son empresarios con intereses concretos, personales y objetivos. Lo cual no asegura que vayan a dar consejos desinteresados, ni controlar al “estado”.

Nada, ni nadie garantiza que estos empresarios notables sean más desinteresados que los políticos, o los sindicalistas. Este consejo asesor tendrá una virtud para el presidente de la Rua, estando adentro no deberían poder criticar afuera, pero también estará el riesgo que si alguno se va tanto opinador y periodista ignorante magnifique la salida y genere un daño a la política del gobierno.

      De estas confusiones que son consejos asesores corporativos viene la corrupción, la peor, que es la sistémica. Cuando entra la confusión del estado con los intereses particulares, sean sindicales, profesionales o empresariales, el peligro es para todos los ciudadanos que no estamos en la mesa de “consenso” o en los consejos asesores.

Mejor que estas soluciones corporativas extra institucionales, es que Fernando de la Rua tenga un buen gabinete. Si piensa en ideas económicas como las de Santibañez, López Murphy, Rodríguez Giavarini, etc. no necesita armar un “consejo asesor” especial, sino designarlos a cargo de las áreas desde donde pongan en práctica esas ideas.

Y algo todavía más importante para muchos de estos opinadores, consultores, etc. es que si escriben tanto acerca de cómo bajar el gasto, mejorar el estado, etc. también deben dejar la cómoda y arremangarse la camisa y entrar al “trabajo sucio de administrar la cosa pública”. De afuera todo es fácil, empezando por criticar, pero es en la tarea donde se ve si las ideas eran utopías, o los hombres tienen el valor de llevarlas adelante y hasta donde.

      Agradable sorpresa sería que Juan Llach aceptara ser el futuro Ministro de Educación. La enseñanza es vital para el futuro del país y Llach además de un profesional serio y honesto, es uno de los liberales contemporáneos que se ha dedicado al tema educativo. El interrogante político es si Juan Llach encontrará espacio para desarrollar sus ideas y proyectar un avance en la educación con los legisladores del radicalismo, del Frepaso y los Shuberoff.

      Porque al final tendríamos la sorpresa que de la Rua llego votado por el centro derecha y nos va a poner un gabinete “progresista”

      Finalmente una reflexión para ayudar al Presidente electo a evitarse problemas mayores. Casi el peor Jefe de Gabinete que podría designar es Rodolfo Terragno. Porque es soberbio y cree que sabe mucho más de lo que realmente sabe. Porque su estilo es la confrontación y existe un reparto de poder real muy importante, y ese estilo no ayudará a resolver problemas y acordar con el justicialismo. Porque quiere el protagonismo y el poder, va a confrontar también con los ministros. Porque cree que más en una presentación mediática que en el trabajo de fondo y lo real. El préfil que necesita es él de un Baglini, un Casella, etc. personas que tengan experiencia parlamentaria para buscar acuerdos y apoyar políticamente la dura tarea administrativa que resta hacer.

      Conste que ni Machinea, ni Baglini, Casella, etc. son santos de mí devoción, pero si de la Rua conduce con moderación y respeto por quienes lo eligieron, son los mejores perfiles que hoy tiene a mano.

 

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