N ° 44
Buenos Aires, noviembre 12 de 1999.-
Muchas veces se encuentran artículos sobre negocios que llenan de dudas, cuyos números parecen no cerrar. Es la fiebre por el exitismo, una enfermedad snob, por la cual hay que informar colosales éxitos en nuevos negocios. Parece que no existen negocios que fracasan o tienen dificultades.
Uno puede leer The Economist, Business Week, Forbes, etc. y va a encontrar notas, investigaciones sobre empresas y negocios, con sus más y sus menos. Con éxitos y fracasos, con los beneficios proyectados y las dificultades que tienen. Pero si uno toma nuestros diarios y revistas especializadas se encuentra un panorama bien distinto, difícilmente hallarán los problemas, los costos reales, las dificultades.
Hace cuatro años inicie una empresa para producir arándanos (blueberries). Asistí inclusive a cursos realizados en la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires, me leí todo cuanto existía aquí. Naturalmente desde entonces me leo todo cuanto se publica en Argentina, y creo que es un caso ejemplificador de la irresponsabilidad editorial de revistas como “Apertura”, o los suplementos de Ambito Financiero “Su Dinero” y el Rural sabatino de Clarín.
Hago expresa y directa mención de esos medios porque en todos ellos se nos pidió relatar experiencias, que como contrastan con la visión exitista de algunos vendedores de plantines, no fueron recogidas. Como productor muchas veces recibo consultas de gente que quiere iniciarse, hasta de bancos que necesitan información para analizar proyectos, y siempre recibo la misma respuesta: deben estar haciendo algo mal porque la información publicada dice otra cosa. Cuesta mucho trabajo explicar y detallar cuan falsa es la información de esas publicaciones que pretenden ser “especializadas” en negocios.
Así es como ese exitismo y falta de rigor profesional hace que muchos se lancen a invertir en negocios donde luego se quedan sin capital de trabajo a mitad de camino. El periodismo local especializado tiene gran culpa de muchísimos casos de inversiones frustradas, ahorros dilapidados solo por querer informar “buenos negocios”.
Pero este periodismo irresponsable es tan poco serio que ni siquiera comparan que les dice cada vendedor de ilusiones a cada uno. Siguiendo el caso que conozco bien, por experiencia propia, pueden leerse “investigaciones” donde plantar una hectárea de arándanos tiene un costo que va de $ 7.000 a los $ 14.000. La verdad es varias veces superior.
En el suplemento Su Dinero llego a publicarse que podía una sola hectárea por el precio de $ 7.000, cuando un sistema de riego por goteo (necesario) requiere un pozo de agua que él solo vale más de $ 10.000 para ser idóneo, y ese mismo pozo se requiere para una o veinte hectáreas. Ni hablar de repartir costos de esa naturaleza en una o más hectáreas, ni de las herramientas, máquinas y demás capital de trabajo necesario para desarrollar una plantación de blueberries.
“Apertura” es un caso de mayor gravedad. Nos consulto y cuando lo invitamos a verificar los hechos dijeron que como no coincidían con el mismo viverista anterior, no iban a publicar la información que le dábamos. Al responsable de agri business parece que le resultaba peligroso informar a sus lectores la verdad. Al leer la nota me pregunte si tendría una comisión por venta de plantas para haber ocultado la información sobre el plazo y costo de llegar a una plantación en punto rentable.
Pero me tome el trabajo de enviar una larga carta para esclarecer la verdad, ya que no deseaba ser cómplice en un fraude informativo que podía llevar a perder plata a muchos. La carta obviamente no fue publicada.
Estas revistas se han convertido en un club de promoción de cierto “jet set” de pretendidos emprendedores y negocios. Pero si toda la información es tratada como los arándanos, y conozco más casos, recomiendo buscar información en otras fuentes. Porque hasta el mejor negocio puede fracasar a mitad de camino por falta de capital, máxime en nuestro país donde los bancos prestan dinero a tasas usurarias.
Un consejo adicional, ni gasten plata en esas revistas. Esta forma de engañar y mentir también es un enemigo del capitalismo y del libre mercado. Llena de falsas ilusiones a muchos emprendedores y luego viene la consiguiente desilusión. Y muchos de esos emprendedores no identifican a estos irresponsables, pero si vuelven su bronca contra el sistema de mercado libre como si él hubiera sido el culpable del fracaso.