N ° 44
Buenos Aires, noviembre 12 de 1999.-
Nadie, ni nada pueden explicar la enorme indignidad de tantos políticos frente al más cruel tirano de la historia americana, Fidel Castro. La cumbre realizada en La Habana sirvió para mostrarnos ese flaco lado de tantos políticos que prefieren quedar bien con el periodismo “políticamente correcto” de la izquierda a decir y hacer la verdad.
En la misma apertura de la cumbre don Juan Carlos I de España realizo un quijotesco discurso frente a Fidel, olvidando por cierto todas las palabras que Castro había dicho de él hace algunos años. Entre otras con todo cinismo Castro se había preguntado en un reportaje “¿quién lo había hecho rey?” Sabía que la respuesta era Franco y ningún periodista se atrevería a defender entonces a don Juan Carlos Borbon. A continuación Fidel Castro comenzó a repetirnos su viejo discurso contra el embargo norteamericano al que pretende hacer culpable de toda la pobreza que sufre el pueblo cubano.
Lejos están los días del “Yankis go home”. Castro que los echó y confisco las propiedades de las compañías y ciudadanos estadounidenses y cubanos, ahora quiere gritar “Yankis came back”. Pero, eso sí, bajo sus arbitrarias y corruptas reglas de juego. Y el coro de señoritas vestidas con caros trajes repitió esa vieja acusación.
Castro quiere que levanten un bloqueo, pero se niega a entregar a su ministro de Educación Superior que ha sido reconocido por pilotos militares norteamericanos como la persona que dirigía las sesiones de tortura en Vietnam del Norte presos durante dicha guerra. Fernando Vecino Alegret es a quien los pilotos prisioneros llamaban “Fidel” que dirigía las torturas. ¿Estaba Cuba en guerra para interrogar a los pilotos estadounidenses? Aun si hubiera estado en guerra, ¿debemos aceptar la tortura porque sus autores son cómplices de Fidel?
En 1997 José María Aznar, en presencia de Mario Vargas Llosa, le expresó a Guillermo Cabrera Infante (Premio Cervantes 1997) que “Castro está ahí. No se va a morir por ahora. Mientras esté en el poder tendremos que negociar con él.” Algo que bien podría haber dicho Chamberlain cuando luego de Munich dijo al mundo “en este papel (tratado de Munich con Hitler y Mussolini) está la paz por muchos años”.
Churchill bien podría haber tenido el criterio de Aznar y negociar con Hitler, total estaba en el poder, sus ejércitos eran poderosos y que matara judíos, eslavos y gitanos no debería haber sido motivo para enfrentarlo. Sin embargo Churchill respondió a Chamberlain, “habéis perdido el honor. Ahora no tendremos paz, ni tampoco el honor”
Por eso hay que comprender que el embargo a Cuba no es un fracaso. El fracaso es de quienes lo quiebran y negocian porque Fidel está en el poder. De los pragmáticos, de los timoratos, y de los corrompidos que se justifican cuando están defendiendo el Muro de Meliá cuando hace diez años se congratulaban porque el pueblo alemán estaba derribando el Muro Berlín.
Tampoco “el embargo” debe considerarse una política de los exilados, que por cierto no están en USA porque Fidel sea bueno, o en Cuba exista libertad y democracia. El embargo es la política dura frente a una dictadura sin tomar las armas. Helms principal motor de la política dura piensa en Churchill, Aznar imita a Chamberlain. Millones de judíos, eslavos, latinos, británicos y hasta germanos pagaron con su vida la política de negociar con el dictador. En menor escala miles de cubanos han pagado con su vida, libertad y pobreza el snobismo de sonreírle y negociar con Fidel Castro.
Por otro lado “el embargo” es recíproco En EEUU se sigue creando riqueza, el pueblo progresa y eleva su calidad de vida, mientras en Cuba sucede exactamente lo contrario. Si las políticas de Castro fueran mejores debería ser EEUU el país empobrecido y Cuba la isla rica.
Los negocios de los cómplices de Fidel sirven para financiar un formidable aparato de policial, que fue formado por los miembros de la Stasi (policía de la Alemania comunista) El hambre y la represión impuestas al pueblo cubano se financian con ese dinero proveniente de quienes llenan bolsillos a costa de la libertad de los cubanos.
Por eso cuando los diarios dicen que Fidel Castro en esta cumbre fue opacado por las declaraciones de los “ilustres visitantes” que hablaron de democracia se equivocan. Hoy esos timoratos Chamberlains de finales del siglo de la democracia están en sus cómodas residencias presidenciales pagadas por sus pueblos luego de una visita a La Habana, y Fidel está metiendo presos a quienes se animaron a expresar que quieren democracia pluralista y libertad. La esperanza de derrocar a Fidel y que el pueblo cubano encuentre su camino en paz y democracia está en quienes como el Senador Jesse Helms siguen el ejemplo de Winston Churchill, con los tiranos no se negocia.
Los protagonistas de la cumbre fueron los opositores a Fidel Castro que prefirieron arriesgar su vida a aceptar en silencio el terror impuesto por el dictador hace ya casi 41 años. Fidel Castro lleva sin elecciones libres, ni prensa independiente, en el poder más tiempo que él que yo he vivido. Y todavía hay Aznares y reyes como don Juan Carlos I, que viajan para perder su dignidad. En el caso del rey es una lástima que vayamos a recordarlo no por su ejemplo cuando el coronel Teijeiro Molina asaltó las Cortes, sino por su falta de dignidad ante Fidel Castro, es un ejemplo de como arruinar una vida en un acto.