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N ° 42

Buenos Aires, noviembre 05 de 1999.-

A 120 MESES DEL DERRUMBE EN BERLÍN

Entre enero y agosto de 1961 mas de 160.000 ciudadanos de Alemania Oriental cruzaron las fronteras para refugiarse en Alemania Federal. El régimen de la República Democrática de Alemania decidió que debía levantar un “baluarte antifascista” ante la posible agresión de las democracias imperialistas de las naciones capitalistas. El 13 de agosto de 1961 los ciudadanos de Berlín, descubrieron que en la noche grandes grupos de soldados y obreros bajo fuerte vigilancia policial estaban levantando cercas de alambre y concreto para dividir la ciudad.

Nacía el Muro de Berlín, que en realidad se constituyo en toda una frontera donde cruzarla desde el Oeste hacia la democracia significaba la casi segura muerte. El comunismo cerro una línea de demarcación con el único fin de evitar que los ciudadanos de Alemania Oriental y de toda la Europa sometida al Partido Comunista Soviético pudieran votar con sus pies.

El “Muro” se construyo con bloques de hormigón, su altura era de 4 metros coronados por tubos de hormigón para dificultar escalamientos o lanzar ganchos que permitieran hacerlo. Era un doble muro separado por algunos metros entre ellos. Ese espacio estaba minado y sembrado de alarmas, se lo iluminaba “a giorno” cada noche para evitar intentos de fuga. Además existían garitas de vigilancia con ametralladoras, reflectores, y los guardias hacían recorridos con perros de presa entrenados para matar a una sola orden.

Entre 1961 y 1989 alrededor de 39.000 personas lograron cruzar esa frontera hacia la libertad. La enorme mayoría en el primer año cuando aun no se había cerrado completamente el cerrojo y completado el “Muro”. Pero también se sabe de un poco mas de 100 víctimas. Personas inocentes que buscaban vivir en libertad, en democracia, tener el derecho a su propia felicidad. Su delito era decir no a la “felicidad y la moral” impuesta por el estado socialista.

El próximo 10 de noviembre se cumplirán 120 meses desde que el pueblo de Alemania Oriental espontanea y pacíficamente tomo por asalto la frontera y derribo el “Muro”.

En octubre de 1989 comenzó un extraño éxodo de alemanes orientales que huían del paraíso socialista en viejos autos. Pequeños cacharros en los que hacían centenares de kilómetros. De pronto tomaban sus cosas más queridas, subían a esos automóviles “socialistas” y viajando a través de otros países, cruzaban a Austria. De ahí a la verdadera Alemania democrática, la Occidental.

La Stasi era la más eficiente y feroz de las policías sovietizadas por Stalin y sus sucesores. Era la policía continuadora de la Gestapo y la SS, en vez de la Cruz Svástica defendían la hoz y el martillo de los comunistas, pero con la misma eficacia totalitaria. Para comprender su eficacia baste recordar que había logrado que uno de cada 15 alemanes estuviera espiando a su servicio.

Como si alguna fuerza natural hubiera abierto la represa primero pasaron unos pocos, luego fueron cientos. La gran mayoría de los alemanes, berlineses, orientales careciendo de automóvil dijeron “nosotros también nos vamos”, y de repente aquella temible Stasi quedo petrificada al ser tomado por asalto el “Muro” ya no por un ‘desesperado antisocial’ sino por cientos de miles de compatriotas.

Petrificados ante la magnitud de la muchedumbre que asaltó el “Muro” los agentes de la Stasi bajaron sus armas y pronto como un reguero incontenible la noticia corrió por todo Berlín. A uno y otro lado todos corrieron al “Muro” para derribarlo y terminar con 54 años de esclavitud comunista.

Hace solo 120 meses con la caída del Muro se inició el derrumbe final del sueño imperialista del comunismo. Muchos de nuestros más jóvenes no podrían comprender que significo aquella noticia. El “Muro de Berlín” ya estaba cuando yo apenas caminaba y comenzaba a hablar. Para muchos era como la cordillera de Los Andes, siempre había estado ahí y quedaría por siglos. Solo otra guerra mundial podría derribarlo.

Era mucho más que la libertad y el derecho a labrarse su propio destino para millones de personas que habían vivido aterrorizadas y esclavizadas por un régimen tan totalitario como el nazismo. Terminaba también el peligro de una casi segura guerra nuclear a gran escala. Comenzaba a derrumbarse un sistema de agresión irregular mediante el financiamiento y apoyo bélico del terrorismo y guerrillas. Nacía la libertad y el derecho a la felicidad y progreso para millones de personas. Familias que volvían a reencontrarse.

Muchos pretenden ignorar los nombres de quienes más hicieron para derribar ese “Muro de Odio” que el comunismo levantó intentando evitar el testimonio de su fracaso. Que sus ciudadanos pudieran comparar. Existen miles de héroes anónimos. Pero entre quienes enfrentaron decisivamente al “Imperio del Mal” como bien llamo Ronald Reagan a la Unión Soviética, entre otros, están con él a la cabeza, Juan Pablo II, Margaret Thatcher, Helmut Kohl, Lech Walessa, Vaclav Havel, el cardenal Midszensky.

El “Muro de Berlín” no cayó. Fue derribado sobre el comunismo, sobre la llamada “democracia socialista”. Esa gesta la hizo todo un pueblo.

Los vínculos del hoy con el “Muro de Berlín”

1. - El punto de cruce más famoso se llamaba “Check point Charlie”, era el lugar donde se canjeaban los prisioneros, rehenes que vimos en tantas películas. Hoy allí se levanta un moderno edificio de oficinas llamado “Check Point Charlie Building”, el cual tiene una pagina de internet. Durante los años de la “democracia socialista” era delito tener papel carbónico, usar fotocopiadoras sin vigilancia de la policía, etc.

2. - Este año la Academia de Ciencias de Suecia le ha dado el Premio Nobel de Literatura a Günter Grass. Al igual que sus dos antecesores inmediatos (Camilo José Cela en 1997 y José Saramago en 1998) Grass recibió el premio solo por ser socialista, de izquierda. Mientras los alemanes orientales derribaban el “Muro de Berlín” Grass escribía en defensa del gobierno comunista clamando en contra de la reunificación de Alemania. Luego ataco a Juan Pablo II porque la revolución de Cristo tal como él la entiende era la sandinista El Papa se había atrevido a denunciarla por atea y totalitaria.

Fue un prosoviético activo y descarado, que ahora quiere hablarnos de los males del capitalismo. Cuando leamos sus declaraciones sobre política y sociedad sepamos de quien vienen. Tal vez algunos puedan conceder que merecía el Premio Nobel por sus lamentables novelas, pero la verdad es que le dieron el premio para que haga propaganda anticapitalista. La izquierda quiere volver.

El enanismo literario de Grass en las ultimas décadas en especial es proporcional a su servilismo ideológico por los totalitarismos. Nacido en 1927 perteneció a la Juventud Hitleriana, se enrolo en la Luftwaffe. Intento exorcizar sus culpas desde la devastación Polonia ocupada por el Ejercito Rojo. Su forma de exorcizar su pasado fue cambiar la cruz gamada por la hoz y el martillo, el NSDAP por el PC. Una cuestión de siglas, de colores en las banderas, pero la misma sustancia totalitaria.

Desde que recibió el premio Nobel de Literatura nos han bombardeado con reportajes donde Grass intenta adoctrinarnos”. Vale la pena saber quien habla y porque Borges no recibe un premio que merece mucho mas que este militante de dos totalitarismos. La obra de Günter Grass es haber escrito una novela llamada la Trilogía de Danzig, lo demás es basura. ¿Porqué la Academia sueca le dio el premio entonces? Porque es de izquierda.

3. - Aquí en la Argentina Carlos Menem ya Presidente de la Nación dejaba atrás los ideales tercermundistas de Alfonsín y Caputo, se sumaba a las democracias Occidentales que años después Guido Di Tella definiría ante la audiencia de Adeba como las “relaciones carnales con los EEUU”. Una nueva política comenzaba, se vendían las estaciones de radios y de televisión en manos del Estado Nacional. La inflación proyectada del último mes de gestión de la UCR llegaba al 25.000% anual.

 

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