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N ° 39

Buenos Aires, octubre 15 de 1999.-

CUENTAS EN ROJO

      Dentro de las privatizaciones realizadas por el actual gobierno hay una que ha logrado pasar desapercibida para la Alianza y ha sido ocultada por el periodismo “especializado” en economía y negocios. Jamás dio espacio a ciertas críticas que el sindicalismo y algunos políticos le hacían llegar sobre dicha privatización.

      La razón para ello sería el reparto de abultadas pautas publicitarias, invitaciones a viajes con acompañantes femeninas, entre las cuales la máxima expresión fue el llamado “crucero del amor” a comienzos del otoño de este año. Muchos periodistas son así, se compra su silencio con publicidad o con señoritas que gatean.

      Es el resultado de una deformación donde los periodistas son las más de las veces productores de sus propios programas. De ahí al chivo, al conflicto de intereses hay uno solo paso muy difícil de evitar.

      Pero vuelvo a la privatización más “tapada” hasta hoy. Se trata del ex Banco Hipotecario Nacional (BHN), hoy Banco Hipotecario S.A. (BH). En 1987 el Banco Mundial aconsejó al gobierno de Raúl Alfonsín liquidarlo y cerrarlo por la altísima corrupción e ineficiencia del mismo. Intervenido todavía en 1989, el gobierno de Carlos Menem decidió reestructurarlo y convertirlo en banco mayorista o de segundo piso, ley aprobada por fin en 1992.

      En ese camino el BHN cerró el 60% de sus sucursales, de 53 a 24. Se dedico a recuperar la cartera de morosos, y fue orientando su política hacia la banca mayorista. Redujo su personal de casi 7000 empleados que tenía en los años de Alfonsín a 1300 en 1993.

Entre 1983 y 1989 fue más que un banco un verdadero comité, ñoquis incluidos. Además de algunas operatorias destinadas a “alquilar” voluntades de jueces, legisladores, periodistas, artistas, etc. como fue el caso de la conocida Operatoria 830, y las casi desconocidas Operatorias HN 700. Toda esa manipulación casi hace quebrar al BHN, fue salvado con un gran sacrificio económico y de sus propios empleados.

      La crisis política desatada sobre el BHN en 1994 condujo a la designación de Pablo Rojo como su presidente. Este alento la idea de privatizar al BHN que tiempo después fue aprobada por ley. El proyecto de privatización fue respaldado técnicamente con los estudios de seis consultoras que contrato Rojo que habrían valuado al BHN en un precio que fluctuaba entre U$ 2.400 y U$ 6.300 millones.

      Pablo Rojo explico a todo el periodismo y a los legisladores nacionales que el precio esperable era de entre U$ 2.700 y U$ 3.000 millones.

      Parecería poco serio que existieran esas diferencias de valuación y que todas ellas fueran “técnicas”. Por fin ante la posibilidad de tanto dinero los legisladores votaron la ley de privatización. José Manuel de la Sota, entonces Senador Nacional presentó un proyecto de ley alternativo por el cual la venta del BHN solo debería hacerse con un precio base de U$ 3.000 millones, que era el que Rojo prometía obtener. El proyecto aprobado fue el de Pablo Rojo.

      Carlos Rodríguez, por entonces vice ministro de Economía, propuso que con el dinero de la privatización, se cancelara deuda pública que sería una buena señal económica. Rojo había comprometido la creación de un Fondo de Desarrollo Provincial que fue la carnada para obtener el apoyo de gobernadores y senadores para aprobar la ley de privatización.

      La ley de privatización convirtió al BHN nuevamente en banco minorista lanzo al BHN como banco monoservicio a competir con solo 24 sucursales contra bancos privados que tienen más de 200. Algunos extranjeros pueden obtener capitales a bajo costo en sus países, mientras el Estado Argentino no va a poner más dinero en el BHN.

      Convertirlo en minorista permitió en 1996 a Rojo prometerle al Presidente Carlos Menem que en los dos años siguientes construirían 100.000 nuevas viviendas. Viviendas que todavía hoy no están. Ciertamente las llamadas “compañías originantes de hipotecas” que recibían los créditos para esos proyectos tienen algunos directivos y accionistas nuevos ricos.

      El tiempo paso sin que el BHN se privatizara, pero como se había prometido el Fondo Federal de Infraestructura Regional (FFIR), el BHN, o el Tesoro Nacional, tomo un crédito puente a cuenta de la privatización. El crédito habría sido de U$ 500 millones.

      Finalmente el 16 de enero de este año se privatizo el 25% del BH. El dinero obtenido equivale a un valor total para el 100% del banco de alrededor de U$ 700 millones. Los compradores del 25% en la primera venta pudieron adquirir por un ligero sobreprecio al de corte de $ 0,50- por acción una opción para adquirir un monto igual de acciones a igual precio al pagado en esa oportunidad. A precios del 13 de octubre de 1999 significa obtener el 18% de las acciones restantes a un precio de un 25% menor del precio de mercado. Es un riesgo especulativo legítimo para los inversores.

      En el último número de la revista Apertura se publica un artículo de investigación sobre IPO’s, según el cual los costos normales de asesoría legal para un IPO (Initial Public Offering u oferta inicial pública de acciones de una compañía) serían de U$ 250.000 (máximo). Sobre el final del mismo artículo se informa que el BH pago alrededor de U$ 1 millón por esos servicios.

      El resultado de la privatización del BHN, o BH, y el crédito puente tomado podría resultar negativo. Si consideramos el precio a obtener de U$ 700 millones a valores de venta del primer 25%, los pasivos transferidos al Estado Nacional y que el crédito puente habría sido de U$ 500, poco queda para FFIR.

      La cuestión central está en la diferencia del precio esperado, o prometido al Congreso, a los gobernadores y a la ciudadanía, y el obtenido. De 3000 a 700 millones hay 2.300 millones. Diferencia que tomada desde el precio obtenido para el 25% significa alrededor de un 330%, y desde el prometido que se perdió más de un 75% del valor de la compañía.

      Aun tomando en cuenta la desvalorización de los mercados de capitales por las crisis, y aceptando que ello significara aceptar perder el 50% del valor del ex BHN debió haberse vendido en alrededor de U$ 1.200 a U$ 1.500 millones.

      Por otro lado si las ganancias del ex BHN que se anunciaron durante la administración de Rojo oscilaron entre 250 y 330 millones anuales, vender un banco al precio de dos o tres años de ganancias es un regalo.

      Asombra que nadie pregunte nada. Porque frente a estas diferencias cabe al menos averiguar que paso en el BHN desde que se propuso su privatización hasta que se vendió el 25%. El más obvio error fue vender el primer 25% tres días después de la devaluación brasileña en enero de este año. Se dejo pasar la gran oportunidad a mediados de al año 1998 cuando Brasil privatizo Telebras que valorizo a los mercados regionales. La fecha de venta del 16 de enero de 1999 ha sido cuando menos un error grueso.

En cualquier caso ante el precio obtenido debería revisarse que paso durante la administración de Rojo, si la administración fue desastrosa, o simplemente se mintió a legisladores y gobernadores para obtener la ley de privatización.

      El periodismo “especializado” o no sabe, o fue hecho cómplice en el road show de diez días efectuado luego de la venta del 25% de las acciones. Ese road show posterior que podría figurar en el Guinnes porque será el único post venta que se conozca., El road show no era tal sino la cobertura del “crucero del amor”. Alrededor de 40 periodistas invitados por Rojo y él mismo se habrían subido con las gatitas porteñas en abril de este año a un crucero caribeño. Todos enviaron reportes de palabras de Rojo, pero no se sabe que fueron a presentar ya que el BH no estaba vendiendo acciones, ni colocando bonos en Miami.

      Resulta difícil que alguno de los invitados hable del tema, es la omertá del pecado cometido en común. Un crucero de placer invitado por un banco cuyos dineros deberían dar créditos hipotecarios más baratos. Cuyo accionista aun es el Estado habría usado su dinero para ‘comprar’ el silencio de periodistas poniendo gatitas en sus camarotes. El ‘crucero del amor’ fue el mayor de estos convites, pero ya antes existían presentaciones y ‘retiros’ en Bariloche, la costa atlántica, etc.

      Así se logro evitar al menos que la administración y privatización del BHN haya sido puesta bajo la lupa de los argentinos. Al menos para despejar la duda y saber si las diferencia se debió a la fecha de venta, y que banquero de inversión se merece el crédito del éxito.

Perlita vinculada: Cuando Roque Fernández no quiso firmar los avales para la obra del Canal Federal dicen que se le ofreció el Ministerio de Economía a Carlos Silvani y el cargo de Vice Ministro a Pablo Rojo. ¿Será en reconocimiento a la exitosa privatización del BHN, a su administración o a las 100.000 viviendas prometidas y no construidas?

 

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