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N ° 32

Buenos Aires, agosto 27 de 1999.-

EN BOCA SE JUEGA UN CAMPEONATO DISTINTO

      Boca Juniors viene de ganar dos campeonatos y amenaza seriamente con ganar el tercero consecutivo. Pero en el seno del club existe una seria discusión entre sus directivos y el plantel de primera división de football.

      Los jugadores reclaman una cifra total de premios $ 4.100.000 millones, el Club ofrece $ 2.600.000 y dice que las finanzas no dan para pagar más. En el anterior campeonato Boca les pago cinco millones. No parece razonable prometer un pago más allá de los ingresos salvo que se quiera la quiebra del club o se encuentren nuevos ingresos. Hasta ahí es una discusión de lógica administrativa.

      Pero cientos de otros jugadores impulsan el reclamo de los jugadores boquenses porque esperan que si los sueldos y premios de Boca suben, ellos a su vez podrán reclamar más en sus clubes. La ironía es escuchar a periodistas y jugadores, en general, opinar que “Boca debe pagar más porque la carrera futbolística es corta”.

      Y así es como los clubes van quebrando y los jugadores no cobran lo prometido. Como siempre en nuestro país casi todos opinan lo que los demás deben hacer con la plata ajena y nos parece normal.

      La vida profesional del futbolista puede ser corta, y no todos ganan montañas de dinero pero nadie los obliga a dedicar su vida a ello. Quejarse, o usarlo de excusa esa situación es una hipocresía porque luego de retirarse como jugadores de football pueden seguir trabajando en otra actividad.

      La posición de Mauricio Macri y los directivos de Boca cuenta inclusive con el rechazo de muchos hinchas del Club, que no son socios. Creen que si los jugadores son campeones deben ganar más por la alegría que nos dan. Pero ninguno de todos quienes respaldan a los jugadores están dispuestos a poner un centavo de su bolsillo. O decir como se pueden pagar más premios sin quebrar el club Boca Juniors.

      Para mayor agravante Mauricio Macri ha establecido la responsabilidad patrimonial de los directivos del club si generan quebrantos. En otras palabras podrían demandarlo a él mismo si firma premios que luego Boca no pueda pagarlos.

      Así las cosas esta Argentina “solidaria” que se escandaliza porque un empresario gana dinero cuando arriesga su capital, que dan empleos, pagan impuestos, etc. disfruta apoyando reclamos millonarios de jugadores de football. Los mismos que se llenan la boca con palabras solidarias por trabajadores, desempleados y jubilados disfrutan apoyando un reclamo que podría quebrar también a Boca Juniors y hacer que se perdieran más empleos.

      Y no hablo solamente de los empleos del C. A. Boca Juniors. Me refiero a los miles que genera económicamente el merchandising boquense, etc. En Boca Juniors no se está jugando un capricho de Macri, se juega un modelo de racionalidad administrativa y una forma de meterse en las cosas ajenas propia de nuestra cultura.

      Según la AFIP el negocio del football en Argentinas mueve alrededor de 2.500 millones de pesos cada año. Los dirigentes e intermediarios (representantes) se oponen obstinadamente a cualquier transformación institucional como aceptar que además de las asociaciones civiles (los clubes) existan sociedades comerciales. Saben que si se sincera el negocio de irán a sus casas, o al menos pagar impuestos y dejar de robar.

      Con tanto dinero en juego y un sistema de irresponsabilidad es difícil que no sigan las quiebras en el deporte, ni que el deporte argentino(aún en el football) pueda ser competitivo en el futuro. La transformación de las entidades deportivas en Argentina es cuestión de vida o muerte para el deporte.

      Por eso desde que Macri ganó la presidencia de Boca Juniors comenzó a jugarse otro campeonato en el deporte argentino y en el football en especial. Uno donde muchos dirigentes que se enriquecen a costa de quebrar sus clubes van a ser echados. Porque de seguir así la calidad del deporte argentino está en grave riesgo.

 

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