N ° 31
Buenos Aires, agosto 20 de 1999.-
“El Mercosur no es el problema, es la solución” De Felipe González a un grupo de dirigentes argentinos.
Desde hace una semana todos insisten en que Brasil va a devaluar nuevamente. En Brasil devalúa el mercado porque la llamada devaluación de enero en realidad fue la liberación de la paridad cambiaria. Es decir que abandonaron la paridad y convertibilidad del Real con el dólar uno a uno.
Mientras tanto algunos empresarios, y algunos pocos políticos y economistas, comenzaron a reclamar alguna devaluación también del Peso. Más allá de ser una política cuyos resultados catastróficos son bien conocidos aquí, la razón por la cual reclaman la devaluación demuestra o que nos creen muy imbéciles o realmente no aprendieron nada.
Brasil al liberar la convertibilidad del Real produjo una devaluación en enero. Pero no hizo ningún ajuste fiscal, sigue manteniendo una altísima deuda en moneda brasileña por la cual paga intereses elevadísimos. Por lo tanto se demuestra que una devaluación no arregla nada, que es una droga. Cuando se devalúa parece que estamos bien pero en realidad vamos mucho peor.
Además una devaluación en el contexto de la transición gubernamental es un verdadero salto al vacío. Porque Carlos Menem ya está partiendo y se percibe que cada día tiene menos poder (lo cual es cierto). Duhalde con sus declaraciones acerca de la deuda externa abrió un justo campo de dudas sobre que hará si resulta electo presidente. Con De la Rua el caso es que por mucho que reafirme la convertibilidad todos recordamos la experiencia hiperinflacionaria, el Plan Austral, el ahorro forzoso, etc. y entonces la dudas con más que fundadas. El radicalismo viene para levantar mucho más que un aplazo por eso la desconfianza es la regla y si De la Rua resulta electo presidente deberá demostrar sobre su marcha que aprendieron las lecciones.
Argentina debe reducir su gasto público que durante la gestión de Cavallo creció un 150%. Roque Fernández solo contuvo su crecimiento. Reduciendo ese gasto se podrían reducir con más fuerza los impuestos.
Pero devaluar es ante todo una forma de reducir los salarios. Roca y Favelevic deberían decir eso claramente.
Obviamente que Brasil que es el destino del 30% de nuestras exportaciones entre 1995 y 1998 al devaluar afecto esas exportaciones. Pero más lo agravo la propia recesión e incertidumbre económica de Brasil. Por eso devaluar no arregla nuestros problemas.
También el dólar fue devaluado frente al Euro y el Yen un 10% en los últimos 30 días. Y eso nos ayuda, pero los deberes son reducción de gasto público, desregulación, flexibilidad laboral y rebaja de impuestos. Jamás devaluación.
Como agravante de la situación del Mercosur está la debilidad política del actual Presidente Fernando Henrique Cardoso y del mismo sistema federal. El Estado de San Pablo ha iniciado acciones legales ante el Tribunal Supremo Federal acciones contra el Estado de Paraná porque las medidas tributarias adoptadas por este último perjudican las ventas de empresas paulistas y abren mercados a productos extranjeros. Itamar Franco otorga subsidios por vía de exenciones impositivas por 20 años a algunas empresas para que radiquen sus fábricas.
Mientras tanto aquí ni el Gobierno Nacional, ni las provincias tienen mecanismos de negociación sobre los impuestos para facilitar radicación de empresas, o evitar que emigren como en el caso de Neumáticos Fate que traslada una división de San Fernando a Minas Gerais.
Si los dirigentes argentinos quieren actuar frente a tantos problemas del sistema federal en Brasil, deberían seriamente modificar el sistema federal de impuestos. Que cada provincia cobre los suyos, basta de coparticipación federal que genera desadmnistración provincial. Y que cada gobierno aprenda que en la globalización hay que saber negociar también los impuestos, porque las empresas votan con los pies y no podemos evitarlo.
Brasil son más de 180 millones de habitantes. Solo San Pablo tiene 37 millones de ciudadanos, los mismos que toda Argentina. Por lo tanto el Mercosur para nosotros los argentinos, para las empresas que producen en nuestro territorio el Mercosur significa un mercado adicional del 486% contando solo al Brasil. Para los brasileños Argentina solo representa aumentar su mercado un 20%.
Después de semejante cuenta, ¿alguien puede dudar si nos conviene el Mercosur a pesar de tantos problemas en Brasil?
Que Brasil es difícil como socio también es cierto, pero no son solo porque no nos quieran. Están más fuertemente causados por una dirigencia que ha puesto en crisis el sistema federal y no tiene valentía para enfrentar sus problemas fiscales. Por eso el Mercosur no es para pelearnos entre los socios. Es para crecer juntos, porque hoy solo es el 3,7% del comercio mundial. Nos necesitamos para crecer. Las peleas solo nos achican, ya Chile volvió a orientarse al Nafta.