N ° 31
Buenos Aires, agosto 20 de 1999.-
El spot electoral de la Alianza denunciando algunos males y poniéndose en papel de víctimas genero el obvio enojo del gobierno, empezando por el Presidente Carlos Menem, pero tuvo un episodio casi tragicómico.
Pobre el champagne que todos los políticos toman y obviamente nada tiene que ver con la pobreza, más bien su producción genera riqueza. Pero la política desde la envidia tiene estas cosas.
Primero algo de historia. La tan espirituosa bebida fue descubierta accidentalmente en Inglaterra. El origen del champagne no es francés. Resulta que a comienzos de la Edad Moderna los ingleses importaban vinos blancos dulces del sur de Francia. Durante la travesía eran agitados en el cruce del Golfo de Vizcaya y el Canal de la Mancha generando ese batido las burbujas. Los franceses anoticiados del fenómeno recién comenzaron a estudiar la razón por la cual a los ingleses les gustaba tanto un vino burbujeante. La cuestión del porque se transformaban los vinos blancos dulces del sur francés en burbujeante bebida al llegar a Inglaterra. Descubrieron así que agitando las botellas se generaban las burbujas por efectos de los azúcares y alcoholes. Así nació el champagne.
Volviendo al anecdotario de campañas en el spot una voz grave dice “nosotros no tenemos para la leche y a ellos les sobra para el champagne”. Seguramente la idea que “ellos toman champagne” se refiere a los menemistas. Ya que convenientemente olvidan aquellas fotos donde decenas de dirigentes radicales cenaban en Look haciendo baños de champagne para festejar el Tercer Movimiento Histórico. Claro que eran otros tiempos, donde la prensa estaba más controlada, y ellos pensaban quedarse 100 años así es que bañarse en champagne para festejar elecciones les parecía bien.
Duhalde salió al cruce explicando que en la provincia de Buenos Aires se reparten 1,5 millones de lecha cada día. Cifra muy importante. Pero alarmante. Carlos Menem tronó de ira y dijo algunas cositas más gruesas.
Mientras tanto el Diputado de la UCR Luis Brandoni, decidió pasarse el último fin de semana largo en Punta del Este. Allí fue descubierto, filmado y fotografiado bebiendo champagne en grandes cantidades. Por lo cual el periodista Eduardo Feimann informa ello y señala que si por lo menos usaban una publicidad tan agresiva los dirigentes de la Alianza no deberían beber en público el burbujeante vino.
Brandoni salió a descalificarlo a Feimann y a otros periodistas en forma agresiva e intolerante. Y eso que aún no son gobierno.
La verdad es que tomar champagne no es delito, ni está mal. El uso que le han dado en la propaganda aliancista es lamentable. El champagne no tiene la culpa. La verdad lo toman todos, radicales, peronistas, socialistas, liberales, etc. A Brandoni habría que decirle que está tomando un trago de la bebida que ellos han difundido. Si el Diputado Brandoni quiere tomar champagne mientras hacen una propaganda tan dura, se la tiene que bancar después y no empezar a amenazar y denostar.