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N ° 30

Buenos Aires, agosto 13 de 1999.-

Pinky, Graciela y Mary, política e hipocresía

      El pasado viernes 6 de agosto las políticas de la Alianza se reunieron a tomar el té. Un té cuidadosamente preparado, lleno de periodistas que mostraban el “histórico” momento donde se celebraba una cumbre de la hipocresía.

Poco tiempo antes Pinky, que descubrió su amor por los “matanceros” ya bien pasados los 60. Había reiterado que no quería saber nada con Rosa Graciela Fernández Meijide y Mary Sánchez porque estas últimas querían a la sindicalista como candidata a intendente de La Matanza.

Las cosas que entre estas tres mujeres se dijeron, con desprecio una por las otras dos y estas por Pinky, fueron terminantes. Sin embargo pocos días después sin que siquiera se haya escuchado un “pedido de perdón” por alguna de las tres, se reunieron para las cámaras.

Si Menem y Duhalde se reúnen todo el periodismo esta especulando acerca de la hipocresía de tal reunión. En este caso se preocuparon de describir el té utilizado, las masas y sandwichitos que las tres divas de la Alianza degustaron mientras hablaban de la pobreza. Las solidarias masas de las tres damas de la hipocresía.

Para rematar el tecito Pinky se quejo ácidamente que algunos estaban recordándole su pasado al servicio del Proceso, tapando la información de los desaparecidos o alimentando la ilusión popular con una colecta de 24 horas para los soldados en Malvinas. Le molesta porque ahora está asociada a quienes juzgaron al Proceso. Le molesta porque tal vez está trabajando como en aquella famosa colecta popular televisiva que estafo moral y económicamente a miles de argentinos, con el coro de famosos haciéndole el caldo gordo a los militares, y resultará la pantalla de una estafa política a sus “ahora queridos y redescubiertos matanceros”. Se enoja como el colado que se pone a gritar contra otros colados para disimular su condición.

Rosa Graciela Castagnuolo de Fernández Meijide que se hizo a la vida pública luchando por la memoria de su hijo desaparecido olvida que Pinky fue activa colaboradora del Proceso.

Por eso estas tres mujeres políticas se han sumado al grupo de los incombustibles. El grupo de políticos a quienes el periodismo “progre” todo se los festeja, todo les perdona.

 

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