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N ° 30

Buenos Aires, agosto 13 de 1999.-

BILLARY Y SU INAUDITA EXCUSACIÓN DEL DELITO

“Las infidelidades de Bill tienen que ver con una debilidad suya originada en un abuso emocional que sufrió de pequeño. Hillary Rodham Clinton. Revista Talk, n° 1”

      Billary es una buena forma de describir la asociación política entre Bill y Hillary, los Clinton. Asociación que en el camino a llegar al poder y retenerlo, los ha llevado a tolerarse cuestiones que en otro caso los hubiera divorciado, o habría recibido la calificación de complicidad.

      Ahora Billary quiere ser senadora por New York. Ciudad que solo conoce como visitante, pero como también en los EE.UU se acomodan domicilios y residencias para justificar candidaturas no debemos asombrarnos de nada. Que supuestamente Ricardo Bussi (h) lo haya hecho es condenado. Que Pinky, Rosita Graciela vivan en la ciudad de Buenos Aires y tomen candidaturas en la provincia está bien. Igual Hillary. La diferencia es que son “progres”, izquierdistas. A ellos, los zurdos, se les perdona, a los demás no.

Jeanne Kirkpatrick llamo doble estándar moral de los argentinos a esa doble moralidad por la cual se aplican reglas distintas según las ideas de las personas. Lo podríamos aplicar a casi toda la opinión publicada mundial, incluyendo la norteamericana.

      Volviendo a Hillary Clinton concedió un reportaje a una revista en él cual justifica las “conductas sexuales impropias” de Bill por haber sido abusado psicológicamente en su niñez por la madre y la abuela. Billary ofreció una nueva coartada pseudopsicológica por la cual Bill Clinton pasa de ser culpable a ser la “víctima”.

      Esta forma de justificar a los delincuentes, a los inmorales, etc. es clásico de los “progresistas”. Para ellos la culpa es de la sociedad, de los padres, etc. y así nadie paga sus culpas, nadie se hace responsable de sus malos actos (los buenos se los llevan a la cuenta bancaria sin ninguna culpa).

      La justificación de la señora Hillary Clinton es la clásica estrategia del socialismo, de la izquierda y el progresismo, de divorciar la libertad individual de la responsabilidad. Si Bill Clinton es inocente de sus conductas sexuales impropias, y otros actos delictivos como prestar falso testimonio, obstruir la justicia, etc. por lo que le hicieron su abuela y su madre durante la niñez, Hitler, Lenin, Stalin y sus demás cómplices nazis y comunistas, también deberían ser considerados inocentes. Esa es la consecuencia extrema, ninguno de nosotros debería pagar por sus actos.

      No debe confundirse la explicación de una conducta con su justificación. No se puede divorciar la responsabilidad del ejercicio de la libertad individual. No se puede justificar una mala conducta porque tuvimos una infancia traumática. La infancia es de por sí traumática, y si nos remontamos hacia atrás la culpa será de Adán y Eva que nos dejaron el “pecado original”.

      La actitud de la señora Hillary Clinton es una muestra más de su oportunismo y astucia política, de su ambición de poder a cualquier costo. Aún de la verdad y de la moral. Solo se explica, pero no se justifica, por su ambición de ser inmerecidamente senadora por New York por su “calidad de estoica víctima” de su marido. Para ello evoca las conductas de su marido Bill Clinton y lo convierte en víctima también. Así los ciudadanos neoyorquinos deberían votarla porque es una víctima indirecta de su suegra.

      Hillary es usa la excusa de los políticos garantistas (progres, como ahora se hacen llamar los socialistas) que buscan justificar conductas reprobables por la “victimización” del culpable. Estrategia que les permite justificar el crecimiento del estado terapéutico e interventor, ese estado que nos exime de asumir la responsabilidad por las consecuencias de nuestros actos.

      También resulta oportuno recordar que cuando comenzó el affaire entre Bill Clinton y Mónica Lewinsky, la señora Hillary Rodham Clinton concedió a una cadena televisiva donde acuso fuertemente a la “derecha conservadora” de orquestar un complot contra su marido. ¿Cuándo mintió la señora Clinton, antes o ahora?

      ¡Ah! Me olvidaba, Bill Clinton la desmintió. Es decir lo que hizo lo hizo porque le gustaba, no porque su madre y su abuela lo “abusaron psicológicamente”. Bravo Bill, esto al menos es más sincero que aquellos pedidos de perdón con ojos llorosos y mostrándote Biblia en mano al salir de misa.

      Una conclusión adicional es que si Bill Clinton aún no ha resuelto sus dramas psicológicos por los tironeos entre su madre y su abuela, que eran abusos para Hillary, deberían echarlo rápidamente de la Presidencia de los EE.UU, ya que resulta altamente peligroso que una persona tan inestable emocionalmente este al frente de tanto poder. ¿O es qué la mentira de Hillary es tan grosera que desprecia la capacidad intelectual de los demás norteamericanos?

      Si algo ha contribuido al progreso moral de la humanidad es la idea que el “pecado original” se puede superar a través del ejercicio libre de nuestra voluntad, y la responsabilidad por las consecuencias de ese libre albedrío. Inglaterra y los EE.UU han sido probablemente las dos sociedades que más han hecho por esa cura del pecado original que es la sociedad del libre mercado. Pero aún allí existen enemigos del “modelo” de una sociedad libre y de mercado. Hillary se ha mostrado entre ellos.

 

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