N ° 29
Buenos Aires, agosto 06 de 1999.-
Cada día nuevos hechos de violencia nos alarman. Nos ponemos a pensar cuando nos tocará, sentimos que cada vez puede estar más cerca nuestro turno. Mientras tanto los políticos pasan del discurso social electoralista a las propuestas incoherentes.
Para la izquierda enquistada en la Alianza la explicación de la delincuencia es que el ‘modelo’ produce desocupación y los desocupados son delincuentes. Rosa Graciela Castagnuolo de Fernández Meijide repite que la ‘tolerancia cero’ funciona en los Estados Unidos porque hay bajo desempleo.
Muchos justicialistas creen que también la desocupación es causa del delito. Pero como el ‘modelo’ es de un gobierno justicialista no se animan a poner el énfasis en esta cuestión. Otros más modernizados y coherentes con otras políticas hacen hincapié en la legislación “garantista” sancionada por influjo de la izquierda desde 1983 a hoy.
Luego de la derrota de 1997 en la provincia de Buenos Aires, el Justicialismo acepto y negocio con la Alianza la reforma de un código de procedimientos penal. Esta reforma agravo mucho más el tema seguridad.
Diputados de la Alianza demostrando cuales son sus verdaderas ideas, han propuesto que los “presos y detenidos” sin sentencia firme puedan votar. El presidente de la Cámara de Diputados de la provincia de Buenos Aires, Diputado Alejandro Mosquera del Frepaso por el Partido Comunista tiene como asesor personal en materia de seguridad al Comisario Retirado Mastandrea (ex mano derecha del Gral. Camps durante el Proceso).
De la Rua promete que va a “empujar los delincuentes a la cárcel” pero en 1984 fue autor del proyecto 3 x 1, y voto todas las leyes propuestas por el gobierno de Alfonsín que permiten que los delincuentes salgan de la comisaría por la misma puerta que entran antes que los damnificados. Por otro lado que un delincuente vaya a la cárcel no es competencia de un presidente sino de los jueces.
Pero algo que sucede es que estamos pagando con inseguridad la ola zurda en los medios de comunicación masivos iniciada en 1983.
La mayor parte de los delincuentes tienen empleo, viven en casa y departamentos según una investigación publicada hace una semana en Ambito Financiero. Solo un 10% de los condenados y detenidos en prisiones federales eran desempleados. Por eso basta de mentir y hacer política, el desempleo no es la causa de la delincuencia. Hay desempleo porque la presión tributaria, las leyes laborales, sindicales y regulatorias son el ‘antimodelo’ del que todos hablan, y la mayoría de los desempleados son víctimas de la demagogia e inmoralidad de los políticos, pero eso no los hace delincuentes.
Alberdi y Sarmiento ya nos advertían que las consecuencias de la educación se veían con retraso, 20 años en aquel entonces. Hoy seguramente son 10, tal vez 15 años como máximo. Pero además la fuente más importante de la educación ya no es la escuela, son los medios de comunicación masivos, la tv y la radio.
En la década del ’80 los canales de televisión y las radios en Argentina estaban mayoritariamente controlados por el Estado Nacional. Por eso los niños de aquella década vivieron la frustación de Malvinas y la caída del Proceso, más la ola zurda instaurada por el gobierno radical desde 1983 fueron bombardeados en los antivalores de un capitalismo democrático.
En la televisión y radios todo era un permanente ataque al orden, a la autoridad uniformada, a los jueces que detenían delincuentes, etc. También se instauró que los problemas económicos de nuestro país eran causados por la banca internacional, y los países ‘centrales’, de una oligarquía que obtenía su riqueza a costa de los demás.
En otras palabras los niños de los ’80 son la generación que nutre las filas de los delincuentes de hoy. No sostengo que sea una “generación perdida y bajo sospecha”, sino que la acción de la educación asistemática de los ‘80 dirigida por el radicalismo y la izquierda ha dado sus frutos en muchos jóvenes que hoy son delincuentes. Matar a un uniformado no lo sienten como algo malo, sino no se explican más de 50 asesinatos a sangre fría y las casi 70 muertes de policías en solo 7 meses.
El proyecto cultural de la izquierda argentina que el radicalismo entre 1983 y 1989, y por ‘oposición progresista’ mantuvieron muchos medios ya privatizados luego de 1989, es una de las causas de la inseguridad.
Cuando prendemos la televisión o la radio y escuchamos a los políticos, pensadores, sacerdotes ‘progresistas’, etc. debemos ante todo prestar atención a los valores que defienden. Porque de esa educación asistemática también saldrán los ciudadanos del futuro.
Si nos repiten que la inseguridad es fruto del desempleo, que este es culpa del modelo, que los que tienen algo, mucho o poco, lo tienen no por el mérito y recompensa a sus esfuerzos, sino porque se lo sacaron a otros, etc., etc. están alentando la delincuencia futura, la inmoralidad y la pobreza de todos. Apaguemos el receptor y cuidemos de enseñarle a nuestros hijos que orden y uniforme policial no son malos. Que la riqueza personal es buena, que cuando alguien tiene algo no es porque lo robo. Cuidemos que comprendan que el solidarismo forzado y social es a costa de robar a otros y por lo tanto inmoral. Que pueden tener pudor en el uso de la riqueza, y la caridad personal que su moral les guíe, que eso sí es moral.
La primera causa de la delincuencia es la educación asistemática de la televisión. Ahí es donde la izquierda se ha instalado desde 1983 y prepara el caldo de cultivo de la inseguridad.