N ° 29
Buenos Aires, agosto 06 de 1999.-
Mientras Duhalde nos alarma con declaraciones sobre la deuda externa y De la Rua nos da “tranquilidad” sobre las bases del rumbo económico, en la ciudad de Buenos Aires La Alianza desmiente a su candidato. Y no se trata solamente del Frepaso, porque del proyecto de ley que voy a comentar es autora también Gabriela González Gass, presidenta del bloque de la UCR.
La manía de crear colegios públicos profesionales y regular las actividades profesionales es un vicio de los políticos argentinos. La mayor parte de los profesionales encima creen que ellos deben existir sin advertir que el costo de mantenerlos es dinero que sus clientes no querrán pagarles, que sus competidores serán sus jueces, etc. Y por sobre todo que afectan la libertad de asociación.
Ahora nuestra brillante Legislatura porteña quiere crear el Colegio Público de Administradores de Consorcios. Proyecto que inclusive prohibiría que los edificios con más de 10 unidades (casi todos) ser administrados por el propio consorcio o alguno de sus miembros, ya que pretende obligarnos a contratar algún “administrador de consorcios matriculado”.
Argentina para ser más competitiva necesita reducir sus costos, eliminar trabas impuestas por regulaciones absurdas, etc. La Alianza encabezada por De la Rua anda prometiendo mucho pero haciendo leyes desastrosas.
La manía del carnet oficial único y forzoso, como si este asegurara la idoneidad, no ha hecho más que desprestigiar a cada profesión que se le impone. Los ciudadanos podemos elegir presidente y legisladores libremente, pero los legisladores porteños pretenden que necesitaremos leer un carnet para poder elegir al administrador de nuestro edificio.
La manía regulatoria de los legisladores aliancistas, de imponer corporaciones profesionales innecesarias es una alerta más. Pusieron a las prostitutas y los travestis en las calles, redujeron las facultades de la policiales, y ahora se nos van a meter en la administración del edificio.