N ° 29
Buenos Aires, agosto 06 de 1999.-
A raíz de la visita del vicecanciller paraguayo se reactualizo la cuestión del asilo político al general Lino Oviedo. Leyendo la Convención sobre Asilo Territorial de la OEA de Caracas 1954 que se halla vigente tanto para Paraguay como para nuestro país me nació una gran duda. Periodistas, funcionarios y políticos hablan sin saber, o no les importa una Convención Internacional.
El artículo IV dice: La extradición no es procedente cuando se trate de personas que, con arreglo a la calificación del Estado requerido, sean perseguidas por delitos políticos o por delitos comunes cometidos con fines políticos, ni cuando la extradición se solicita obedeciendo a móviles predominantemente políticos”
A su vez el artículo VIII expresa: Ningún Estado tiene el derecho de pedir a otro Estado que coarte a los asilados o refugiados políticos la libertad de reunión o asociación que la legislación interna de éste reconoce a todos los extranjeros dentro de su territorio, a menos que tales reuniones o asociaciones tengan por objeto promover el empleo de la fuerza o la violencia contra el gobierno del estado solicitante”. Finalmente el Artículo IX dispone que solo quienes pertenezcan a un movimiento subversivo o se dispongan a incorporarse a uno, deben ser internados a una distancia prudencial de la frontera del Estado interesado.
Por eso ante tanta sanata del periodismo y políticos que declaran la necesidad de advertir a Oviedo que no puede recibir políticos, ni hacer política, la letra de la ley es clara. Salvo que aliente el uso de la fuerza o violencia Oviedo tiene el mismo derecho que tiene Felipe González o Manuel Fraga cuando vienen a hacer política entre los votantes españoles.
Puede que a muchos no les guste, les resulte incómodo, pero es la ley. Ni siquiera corresponde la extradición. Que a un gobierno de facto como él de hoy en Paraguay no le importen las leyes y las convenciones internacionales vaya y pasé, pero que todos repitan su propaganda es alarmante.
Se trata de evitarnos el engaño masivo por un gobierno de facto dirigido por el grupo de Stroessner y un coro de periodistas improvisados. Los directores de medios deberían enviar periodistas que sepan el tema del cual les hablan. Para evitar el papelón. ¿Vio?
PD. El mismo día en que estos inefables dictadores del Paraguay entregaron el pedido de extradición y confinamiento de Lino Oviedo, el juez de la causa Argaña, Dr. Bogarín ordeno apresar a otros delincuentes paraguayos de Ciudad del Este, que serían los nuevos autores materiales del magnicidio. Pero no libero a los tres colaboradores de Oviedo que antes eran los homicidas. Se va a quedar con los siete, a pesar que ninguno de ambas hipótesis sean congruentes entre sí. Más que un juicio una tragedia.