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N ° 23

Buenos Aires, junio 25 de 1999.

JAPON NECESITA ABOGADOS

      Si mi memoria no me falla solo en la ciudad de Buenos Aires debe haber más de 45.000 abogados matriculados. En todo Japón solo hay 16.800, en todo EE.UU llegan casi a 900.000. Pero para Japón tener pocos abogados está siendo un problema, ¿quien podía creer que esto sucedería? Un país entre cuyos problemas está tener pocos abogados.

      Japón tiene una cultura que venera la armonía entre los ciudadanos por lo tanto parecen haberse creído que no nos necesitarían. Pero solo el año pasado las quiebras y concursos crecieron un 40%, 100.000 nuevos casos. Solo hay 300 especialistas en esa materia. Luego de años de recesión y problemas económicos hoy Japón está necesitando reestructuraciones empresariales, de deuda, del sistema financiero, incorporación de accionistas y defensa de sus derechos, etc.

      En otras palabras una nación puede olvidarse de reestructuraciones luego de una profunda crisis y recesión sino existen abogados que puedan instrumentarla. Los mercados modernos y globalizados demandan servicios legales de calidad. Así que a no desesperar en nuestra corporación profesional de los abogados, aquí puede haber un campo excepcional de trabajo. Y sino a hacer la valijita y aprendiendo japonés que puede ser de utilidad.

      Claro que servicios legales de calidad implican olvidarse de crear pleitos, sino ayudar a hacer negocios, olvidarse del reglamentarismo que impide desarrollar modernas formas empresariales y de reunir capital con capital humano, etc. Y por sobre todo entender algo de economía de mercado. Por lo tanto me parece que muchos deberán agarrar libros de esto también.

      Finalmente y para que nuestros estudiantes y docentes universitarios entiendan que es educación superior quiero explicar que en Japón para obtener matrícula profesional como abogado hay que dar un examen especial, considerado uno de los más difíciles del mundo. Los alumnos ya recibidos en la universidad el examen de la “Barra” les lleva un promedio de cinco intentos aprobarlo. Solo se permite un intento por año. Y para hacerlo debe pasarse una serie de entrevistas en las “escuelas de graduación” para ser admitido. En Tokyo la escuela de graduación de abogados tiene solo 1.000 (un mil) aspirantes a dar ese examen.

      Por eso cuando hablamos de educación superior, cuando vemos a nuestros rectores como Shuberoff y a los políticos que respaldan este sistema resulta fácil advertir cuan lejos estamos de la excelencia.

 

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