N ° 23
Buenos Aires, junio 25 de 1999.
La mediocridad de algunos premios Martín Fierro es claramente explicada
por los discursos de agradecimiento. Tantos años reiterando los mismos
premiados, los mismos discursos antimenemistas ponen en claro que José Hernández
debe estar rasguñando la tierra para pedir que le cambien el nombre al premio.
Todos sabemos que Santo Biasatti recibiría el Martín Fierro, y que iba
a decir “no se olviden de Cabezas”. ¿Y Gangeme, Santo? ¿Porqué solo hay
que recordar a uno? No me olvido, ni de Cabezas, ni de Gangeme, ni del Nono
Pugliese que murió intentando evitar el acoso de Cabezas.