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N ° 21

Buenos Aires, junio 11 de 1999.-

EN PARAGUAY VOLVIO LA DICTADURA REMOZADA

      Cuando a fines de marzo asesinaron al Vicepresidente del Paraguay Luis Argaña una gran conmoción terminó por obligar a renunciar al Presidente Raúl Cubas a los 5 meses de su asunción.

      Ya en su momento señale que sin entrar en la investigación del crimen, era claro que existían demasiadas coincidencias que me llevaban a pensar que el complot fue contra Cubas, Oviedo y los dirigentes “colorados” que protagonizaron el derrocamiento de Stroessner en 1989.

      La acusación a Cubas en el juicio político fue votada violando todas las leyes y garantías procesales. Los diputados violaron leyes se impidió entrar a dos diputados por la fuerza para lograr una mayoría que aprobara la acusación, etc. Cuando estos diputados y el propio Presidente Cubas intentaron plantear la nulidad de la sesión y la suspensión del proceso ante la justicia, la Corte Suprema declaro tres días de duelo y paralización total de las actividades.

Ello dio tiempo al Senado a tratar el juicio político, en el cual también se le nego el derecho a defenderse al ex presidente Raúl Cubas. Todo lo cual, salvo el “asueto y duelo” judicial fue denunciado por él al renunciar.

Las otras coincidencias eran la presencia de más de 3.000 trabajadores rurales que justo ese día hacían una manifestación ante el Congreso. La veloz reacción de los legisladores llamados “argañistas” (son stroessneristas) y wasmosystas ante el crimen. Los únicos sorprendidos parecen haber sido los acusados.

El resultado real es un gobierno de facto en el que un Senador se ha constituido en Presidente del Paraguay por un plazo de 4 años y 7 meses, donde la justicia ha convocado a elecciones para cubrir el cargo de “vicepresidente”, y no el de presidente. Extraña normalización.

En las pasadas semanas obtuve alguna información judicial que demuestra como una gran mentira al estilo de Goebbels va afirmándose como la verdad. Los medios de comunicación tienen por verdad absoluta que a Argaña lo tiene que haber mandado matar Oviedo. Ni se plantean la posibilidad de estar siendo manipulados.

      El testigo que acusa a Oviedo, Pappalardo y otros del complot, es el jefe de una banda de ladrones de autos. Dirige sus operativos de robo disfrazado de militar. Según las leyes paraguayas este testigo sería inválido, pero sospechosamente el juez omitió preguntar los antecedentes sola mente a este testigo.

      La fachada de las operaciones de Aguilar (el ladrón que convocaron para organizar el complot) es un taller de autos. Cabrera, socio de Aguilar o más bien su cómplice, denunció que Aguilar le ofreció U$ 5.000- para que ratificara su testimonio. Entonces el Juez en vez de investigar esta cuestión o al menos “sospechar” de falsa la única declaración que establece el supuesto complot oviedista pregunto a Cabrera por sus antecedentes penales y dijo que entonces su testimonio debería interrumpirse y anularse.

      Otros dos “testigos clave” del caso son aquellos que reconocieron a tres militares acusados de ser los magnicidas. Estos dos testigos se presentaron espontáneamente cuando al ver publicadas las fotos de los acusados en diarios reconocieron a los tres hombres que vieron alejándose del Fiat Tempra incendiado que se utilizo para el atentado y homicidio de Argaña.

      Cuevas Argüello y Valdéz Colman estaban bajo un camión boca arriba reparando un circuito de combustible, cuando vieron a tres hombres que llegaban corriendo desde donde estaba incendiándose el Fiat Tempra y se subieron a una pick up Izuzu. La distancia que habrían corrido los tres asesinos es de 350 metros, armas y bolsos en mano, para llegar desde el Fiat que incendiaron a la pick up que debió esperarlos para que estos testigos los vieran.

      Las fotos de los tres acusados se publicaron recien seis días luego de la espontánea presentación de Cuevas Argüello y Valdéz Colman. Al Tnte. Cnel Woroniecki supuesto líder de estos asesinos el Presidente Gonzalez Macchi ordenó detenerlo por “razones que se dieron a las 48 del arresto ante su insistencia que el mismo era ilegal”. Esto sucedió veinte días antes de ser acusado Woroniecki por pruebas irrefutables según expreso el Ministro del Interior. Las pruebas son los dos testigos mencionados.

      Además de haber reconocido desde debajo de un camión y boca abajo a quienes habrían corrido armas largas en mano más de 350 metros para abordar el auto donde escaparían, y hacerlo seis días antes de la publicación de sus rostros, los tres acusados tienen una fisonomía totalmente distinta de la descripta por los vecinos que presenciaron el asesinato y testificaron a los pocos días del crimen.

      Cuevas Argüello y Valdez Colman declararon espontáneamente los días 29 y 30 de abril. Las fotos se publicaron por primera vez el 06 de mayo. Vieron a Woroniecki desde más de 40 metros de distancia estando boca arriba trabajando debajo de un camión y sus descripciones contrastan fuertemente con las de los testigos del homicidio. Olvidemos tanta precisión para luego incendiar el Fiat a “solo” 350 metros del auto donde se fugarían finalmente.

      Los diarios stroessneristas acusan al tradicional ABC Color de ser oviedista porque ha difundido estas incongruencias del expediente que investiga el Juez Bogarín. El tono de periodicos y noticiosos radiales y televisivos es fuertemente agresivo y emocional, pero jamás se precisa porque los testimonios difundidos por ABC Color no tendrían valor.

      El gobierno del Paraguay echo a rodar la versión que la DEA investigaba al ex general Lino Oviedo por tráfico de drogas. Con esto busca presionar al gobierno y la justicia argentina para que retiren el asilo político a Oviedo. Pero por cierto a pesar que en una semana luego de la fuga de Oviedo se presentaría el pedido de extradición según anunciaba el gobierno surgido en el golpe de estado parlamentario, han pasado diez semanas y aún no hay un papel.

      El gobierno argentino consulto a la Embajada de USA y esta nego que existiera la investigación sobre la vinculación de Oviedo y el tráfico de drogas en Paraguay. En Asunción esto se repite como si fuera una verdad bíblica. Los periodistas repiten la conducta que a muchos de los nuestros les conocimos durante el “Proceso”. Repiten la historia oficial.

      Cada día que leo algo sobre la investigación judicial por el asesinato del Dr. Argaña es más claro que no existen garantías para los imputados. No hay razonabilidad y que están dejando perderse las pistas verdaderas. Si los imputados fueran los verdaderos criminales con tantas barbaridades procesales van a lograr que queden libres e inocentes.

Que más que justicia existe una formidable maniobra de propaganada que encubre venganzas personales, el ilegítimo acceso al poder de una coalición legislativa, y con un nuevo barniz la dictadura stroessnerista ha vuelto remozada.

      Ninguno de los dirigentes paraguayos parece un bebe de pecho, un ingenuo. Cuesta distinguir a los de antes y los de ahora. La diferencia entre un Hitler, un Fidel Castro y un gobierno democrático es que estos hasta los criminales tienen el derecho a un juicio justo. Pero la democracia no se sirve de medios y procesos ilegales, ilegítimos para condenar a nadie. Si lo hace es una dictadura.

 

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