N ° 18
Buenos Aires, mayo 21 de 1999.-
A esta hora tal vez Erman González ya no sea Ministro de Trabajo. La jubilación de Erman es en primer lugar un acto falto de pudor, de lealtad por su Presidente, y luego de una falta de oportunidad política inexplicable. Pero no es una cuestión moral, intentaré explicar esto lo mejor posible.
Rara vez he coincidido en un juicio moral con Dalmiro Saenz, pero él dijo una gran verdad, “si pudiera, yo también pediría una jubilación así, ¿porqué me la iba a perder?”. Entre tanta moralina, o falsa moralidad, debemos comprender que la verdadera moral es el derecho a buscar la propia felicidad sin perjudicar arbitrariamente el derecho de otros a hacerlo también.
Erman González privilegio exclusivamente su felicidad monetaria por sobre su vocación política, por sobre su lealtad, por sobre el pudor que debería en virtud del cargo que ocupa. En un sentido objetivo, como bien reconoció Dalmiro Saenz muchos hubieran optado por jubilarse porque hubieran pensado en su propia felicidad.
Mariano Grondona se jubiló a los 37 años por haber ocupado el mismo cargo que yo mismo ejercí entre 1991 y 1992 en el Ministerio del Interior. Claro que el Dr. Grondona lo hizo durante un gobierno de facto. Sí, Mariano Grondona se jubiló en 1971 a los 37 años. Lo de Erman González es desleal políticamente, falto de pudor, inoportuno, etc. pero habida cuenta de la actitud de Grondona en su programa ayer lo de este sofista es falto de pudor, pero también inmoral. Porque él pretende tener otros valores más trascendentes que su propio beneficio económico, pretende ser además un moralista.
Por eso el tema de la jubilación privilegiada de Erman González, de los Mariano Grondona y otros miles de cortesanos de nuestra ex república debe servir para mostrar como funciona el socialismo, su injusticia. Sí, porque las jubilaciones provinciales transferidas al Gobierno Federal muestra como actúa un sistema económico cuando podemos hacerle pagar la cuenta a otros.
Si las provincias como La Rioja, Catamarca, etc. debieran pagar ellas con sus recursos esas jubilaciones no existirían. Pero como, gracias a Domingo Cavallo, las pagamos otros, esos gobernantes provinciales le dieron lo máximo posible a sus ciudadanos, lo mejor para sus gobernados.
Siempre pasa eso cuando la fiesta la paga otro, nos tomamos todo lo que podemos. Es humano tomar el máximo beneficio para mí y para los míos. Total pagan otros. Y el centralismo es al federalismo lo que el socialismo al libre mercado. Por eso los gobernadores se aprovecharon y nos dejaron la obligación de pagar en el Tesoro Nacional.
No es un tema de fácil solución por los derechos adquiridos, tal vez solo el tiempo termine con los jubilados de privilegio e iguale las jubilaciones nacionales con las provinciales pagadas por la Nación. La lección es que el socialismo, el centralismo, etc. salen caros. Que cuando un político o economista como Cavallo centraliza porque se cree mejor administrador que esos políticos provinciales que no estudiaron en Harvard, igual se equivoca.
La naturaleza humana derrota esa soberbia. No se puede montar un estado, una organización administrativa sustentada en que somos más capaces. Porque medido por el resultado se demuestra que no y además un sistema basado en premios y castigos, palos y zanahorias funciona mejor que el más preparado de los ministros.
PD. El cobro del retroactivo de Erman ya es una burla, además de ilegal ya que durante esos meses cobró salarios como funcionario. Además si algunos funcionarios cobran jubilación de privilegio que por favor no les paguen gastos de representación y otros adicionales, que sé por experiencia, son mayores que el sueldo