N ° 15
Buenos Aires, abril 30 de 1999.-
De Gaulle con su habitual sinceridad alguna vez expreso que existían dos instituciones inútiles en el mundo moderno (años 50 y 60), los partidos políticos y las Naciones Unidas. Estas últimas tienen limitaciones que hacen a un concepto idealista pero erróneo de la política internacional.
La Otan cumplió 50 años y muchos cambios han sucedido a su razón de ser. El Pacto de Varsovia ya no existe, ni la U.R.S.S. Tan no existe que esas siglas para un joven que hoy entra a la universidad le suenan más a error de Internet que a una superpotencia militar. Muchos de los ex miembros del Pacto de Varsovia son inclusive miembros de la Otan.
La Otan es hoy la verdadera estructura de poder y “gendarmería” de las democracias occidentales. Kosovo es la muestra. La Otan está ahí, no las Naciones Unidas. Resulta claro él porque. Rusia, China y Francia que están en el Consejo de Seguridad de la UN, y tienen veto, no están de acuerdo con la acción militar en Yugoslavia.
Entonces los líderes de las democracias occidentales, utilizan la Otan. Allí no deben esperar vetos, ni votos de países minúsculos como pares. Porque esta ultima cuestión también hace que la UN no funcione. No es igual EE.UU que algún pequeño país africano, asiático o latinoamericano. Es más, muchos de estos últimos, durante años fueron dictaduras inestables. Algunos aún lo son.
Como decía George Orwell (Rebelión en la Granja) todos los animales son iguales, pero algunos son más iguales entre sí que los otros. Y cuando deben tomarse ciertas decisiones en la UN la igualdad de voto impide a las potencias dominantes tomarlas con respaldo. Entonces esas potencias que están asociadas en la Otan, que ya no tienen un verdadero rival político y militar, utilizan a esa alianza como un brazo policial.
En Kosovo, estamos asistiendo a un cambio fundamental de las actitudes geopolíticas. La UN continuará siendo un foro importante, pero cuando no respalde decisiones de los países miembros de la Otan, estos actuarán donde fuere a través de ella. Existe un nuevo imperio. Es democrático en sus valores, y debe serlo en sus conductas públicas, sino sus pueblos pueden darle la espalda a sus líderes nacionales. Pero es un nuevo imperio, un club exclusivo y poderoso, que ha asumido el rol de gendarme internacional.
No puede decirse que sea malo por sí mismo, solo es así. No existen rivales a su poder. Mientras en las naciones integrantes de la Otan prevalezcan los valores occidentales tradicionales de la democracia capitalista y liberal, solo deben temer a este imperio los dictadores, quienes violen los derechos humanos de las minorías como ha hecho Milosevic. Porque los pueblos de las naciones integrantes de la Otan, reitero los pueblos, no son imperialistas.