N ° 15
Buenos Aires, abril 30 de 1999.-
Algunas semanas atrás hablamos de los liderazgos implicados en la guerra desatada en Kosovo. Siguiendo este tema quiero comentar otro aspecto importante de los dirigentes de la Otan.
Clinton, Blair, Schroeder, Solana, etc. son dirigentes que cuando la guerra de Vietnam, en los años 60, eran pacifistas y estaban contra ella.
Clinton llego a participar en un acto quemando la bandera de su país como protesta contra el envío de tropas norteamericanas a Vietnam. Que además eludió prestar el servicio militar y combatir en dicha guerra. Los demás dirigentes son de esa generación y participaron en aquellos movimientos.
Hoy ellos deben decidir si enviarán tropas a invadir Yugoslavia. Y para justificar su historia personal van a necesitar un justificativo moral muy fuerte. No es una cuestión menor, cuando decidan enviar el primer soldado saben que van a enfrentar sus convicciones juveniles.
Párrafo aparte merece Tony Blair. Anteriormente comente algunas decisiones de él que sorprenden para bien. Tiene un valor para aceptar sus falencias que no es común. Blair ha reconocido públicamente que ha mantenido reuniones con Margaret Thatcher para pedirle consejo sobre la crisis de Yugoslavia. Muchos otros dirigentes se cortarían la mano antes de pedirle consejo a un líder opositor de la talla de Mrs. Thatcher.
Así en la quinta semana de bombardeos a Yugoslavia resulta claro porque no se previó una invasión terrestre, y porque todavía se vacila en hacerla.