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N ° 14

Buenos Aires, abril 23 de 1999.-

IBARRA Y SCHIFRIN, LA OMERTA

      Hace algunos meses uno de los hombres de mayor confianza de Aníbal Ibarra, el secretario administrativo de la Legislatura Porteña que él preside, denunció y despidió a una empleada por faltantes de caja chica.

      Ahora se sabe que quien se llevaba el dinero de la caja chica era Schifrin, que además armaba expedientes de licitaciones cambiando presupuestos, cotizaciones, dictámenes, etc. Además Ibarra se gasto ya más de 21 millones en reciclar el edificio donde trabajaba como Concejal. Denunciaron que el presupuesto aprobado era de 3 millones, que se la dieron a la segunda oferta, etc. Que las computadoras de la Legislatura son más caras que si las compraban con consejo de Delloite & Touch, en el Banco Nación.

      Por mucho menos los fiscales amigos de Ibarra corrían atropelladamente a las cámaras de tv, olvidando secreto se sumario, presunción de inocencia, etc., iniciaban acciones penales. Ibarra y su mentor Chacho Alvarez exigían renuncias por decoro al menos. Ahora Chacho se niega a contestar porque es un tema de la Legislatura porteña, y hasta le corta el teléfono a periodistas que preguntan. Si fuera un dirigente peronista los titulares son gigantes (Rousselot por ejemplo). Ahora todos callan, Quantín y los centauros brillan por su ausencia, la tv y diarios adictos al Frepaso también. En otros lugares estas conspiraciones de silencio se llaman omertá.

Un poco de equilibrio no vendría nada mal. A ver si agarran el queso y creen que nadie los va a denunciar como hicieron ellos. Y además creo que todos respiraríamos mejor.

 

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