N ° 13
Buenos Aires, abril 16 de 1999.-
Cuando Ricardo López Murphy el día miércoles expresó que debían reducirse los salarios del sector público un 10%, los dirigentes de la Alianza se lanzaron en la carrera por despegarse. Economistas como Alsogaray, Roberto y Juan Alemann, Domingo Cavallo, Sturzzeneger, Carlos Rodríguez, Daniel Artana, Ricardo López Murphy y el mismo Roque Fernández son intelectuales cabales. Pueden equivocarse pero siempre dirán lo que piensan aunque sea políticamente inoportuno o inaceptable.
Existen otros economistas con más tradición política partidaria y que por lo tanto callarían ideas incomodas para sus candidatos y dirigentes. Por eso cuando un presidente designa un ministro de economía toma una decisión más trascendente de lo vulgarmente aceptado.
Sé que para muchos mis comentarios son “menemistas” y este así será tomado pero no voy a evitarlo.
· De la Rua declaro que “jamás pense en López Murphy como ministro”, pero hace solo una semana para mostrarse confiable ante el empresariado y el Banco Mundial, etc. recibió a los miembros de la delegación de Teresa Ter Minassian con López Murphy a su lado. Que rápido cambia de la Rua, ¿no?
· Rosa Graciela Castagnuolo de Fernández Meijide, fue más allá, nego conocerlo a López Murphy
· Raúl Alfonsín para mí sorpresa declaro que seguramente López Murphy tendría fuertes y serias razones para haber dicho algo así y debía estudiarse el tema.
· Carlos Menem lo respaldo a López Murphy.
No hacen falta mayores comentarios. Cada uno de ellos hablo por sí solo. Alfonsín y Menem les llevan años luz a los demás dirigentes.