N ° 13
Buenos Aires, abril 16 de 1999.-
Cada día que pasa la situación en Kosovo es más grave y por más razones que obvias. Violaciones, asesinatos en masa, hambre, muertes de civiles, se han convertido en una crónica diaria. Nada podrá reparar las vidas perdidas, los ultrajes a miles de mujeres, muchas de ellas adolescentes, etc.
Pero cada día que pasa Milosevic se hace más intransigente. En la Otan aparecen vacilaciones y diferentes propuestas de solución. Yugoslavia bombardea a Albania para provocar una extensión de la guerra e incendiar toda la región balcánica.
Congresistas norteamericanos se cuestionan la estrategia, el daño a las relaciones con Rusia y el gasto excesivo. Se habla de más de 5.000 millones de dólares gastados solo por los EEUU, y la perspectiva de gastar no menos de otros 4.000 millones para invadir. Y faltan los gastos de ocupación, etc.
Resulta difícil para cualquier democracia hacer la guerra. Los pueblos piden explicaciones, necesitan una justificación moral y política muy fuerte para acompañar a sus gobiernos. Milosevic no necesita de ese apoyo, y encima lo tiene por razones de nacionalismo.
Cada día será más costoso entrar en Yugoslavia, y cada día será más difícil solucionar esta guerra sin invadir Kosovo. Mientras tanto todo el pueblo albano kosovar y yugoslavo sufren una guerra sin sentido.
Mirando tanta barbarie, hay dos conclusiones adicionales. Era más barato y efectivo haber comprado a Milosevic. Como ya no lo compraron, en vez de tanto bombardeo a “puntos vitales y estratégicos” hay que tirarle una bomba a Milosevic. La teoría del bombardeo estratégico de Dohuet no gano ninguna guerra, más bien las prolongo.
Todo lo demás será prolongar la guerra, la barbarie y derramar más sangre inocente, en la cual estará la también de los soldados que van a combatir.