N ° 10
Buenos Aires, marzo 26 de 1999.-
Hace algunos años me sorprendió un amigo colombiano al entrar a un country aquí en Buenos Aires cuando me pregunto ¿Porqué hay tanto policía acostado aquí? ......
Todos pueden imaginar mí sorpresa porque no había visto ningún policía y mucho menos acostado. Bastaron unos minutos para comprender que hablaba de los famosos “lomos de burro”. Claro que como están pintados podríamos llamarlos lomos de cebra.
Las colectoras de autopistas nos enseñaron que los lomos de burro crecieron hasta un tamaño que más que reducir la velocidad tienen por objetivo impedir el tránsito, o fomentar la venta de camionetas 4x4. Objetivos que las autoridades de OCRABA deberían combatir porque sino las colectoras terminan por no ser el “camino alternativo” que la jurisprudencia constitucional entiende asegura el libre tránsito.
Pero quería detenerme en el concepto de “policía acostado” y la necesidad de tamaños lomos de burro en countrys, colectoras y ahora en calles porteñas. Es una muestra de falta de conducta cívica, de falta de respeto a normas de convivencia. ¿Es necesario que nos pongan semejantes lomos de burro para que respetemos velocidades máximas?
Por ahora parece que sí. Y es así también porque se violan muchas otras normas como si el ordenamiento cívico no fuera para una mejor convivencia. Lo lamentable es que muchos extranjeros al serles explicada la función de los “lomazos de burro” creen que somos todos unos incivilizados.
Ahora el Dr. de la Duda, ha comenzado a construir lomazos de burro o cebras en calles porteñas. Mí asombro al cruzarme estos obstáculos en calles de Palermo fue mayúsculo. Espero que no causen el vuelco de una ambulancia desprevenida en medio de una urgencia, o el retraso en auxiliar a un enfermo. Son un verdadero ejemplo de cómo hacer obras peligrosas desde el “Gobierno de todos y para todos”.