N ° 9
Buenos Aires, marzo 19 de 1999.-
Mientras el siempre grave y triste Lord Mayor, don Fernando de la Duda se dedicaba a explicarnos la grave situación institucional del país por la medida cautelar dictada por el Juez Bustos Fierros, y reunía a otros políticos igualmente preocupados, otro joven moría en un accidente en la ciudad que él administra.
Perdón, que debería administrar.
En septiembre 30 de 1998, en el mismo lago de Palermo se ahogo Maximiliano Ríos. Tardaron una semana en recobrar el cuerpo entre las algas.
En Febrero un joven fue chupado en una boca de tormenta. De la Duda no quiso hablar del tema y el periodismo se lo permitió, total es su candidato.
Hace dos semanas otros dos jóvenes fallecieron electrocutados en un recital organizado por Lopérfido. De la Duda no quiso hablar del tema, y Lopérfido se queda en su cargo, sin dar aún explicaciones.
El sábado pasado en la madrugada un joven de 24 años se ahogo en el lago de Palermo. Otra vez las algas “traicioneras” (según Clarín, debe ser un cronista fanático de Viaje al Fondo del Mar y cree que las algas tienen voluntad) cobraron una vida en el lago de Palermo.
Solo cinco meses y medio después de Maximiliano Rodríguez, en el mismo lugar y por la misma causa murió Mariano Ríos.
¿Qué hizo entretanto el gobierno del Dr. De la Duda?
Puso muchas verjas en otras plazas para cuidar árboles y estatuas.
Se gasta millones de pesos del presupuesto en recitales donde mueren otros jóvenes.
Destinan una partida de un millón de pesos para fomento del teatro under ground.
Se la pasan hablando de los graves problemas del país.
La lógica conclusión es que si la Alianza llegara al gobierno Nacional con el Dr. De la Duda y don Chacho Alvarez, cuando haya muertos en el país, falta de seguridad, desempleo, inflación, inseguridad física y jurídica, etc. ellos estarán seguramente hablando de la grave situación institucional de Kosovo, de la ONU, o de Marte, porque lo que les damos les resulta siempre ajeno.
Ellos siempre están para grandes cosas. Una nueva sociedad, un Tercer Movimiento Histórico, etc.
La ciudad que querían gobernar se la dejan al destino por eso las lluvias que nos inundan a ellos ni los humedecen, los jóvenes que mueren por su incapacidad para administrar les son ajenos. Ellos están para la grande.
Señores periodistas independientes, ¿si esto les pasaba Grosso, Bouer, o Domínguez cuantas renuncias hubieran reclamado? ¿Cuántas marchas estarían impulsando? ¿Por qué tanto silencio ante tanta muerte? Porque una puede ser mala suerte o casualidad, cinco y dos ellas en el mismo lugar por la misma causa, son como mínimo negligencia grave.
Pero este tema del Lago de Palermo si tiene una fácil solución. Verjas altas con puertas de acceso como Jorge Domínguez puso en el Rosedal (por cierto las criticaron pero nadie las saco y allí nadie ha muerto). De noche se cierran y mandan algunos de los más de 120.000 empleados municipales a cuidar botes y accesos para evitar imprudencias.
Claro que para tomar una medida así hay primero que tener interés por gobernar aquello para lo cual fue electo, además tener coraje de soportar críticas por enrejar el lago. Pero total alguno debe andar haciéndose un buen negocito con verjas más inútiles.
Y si no está dispuesto a administrar la ciudad porque le resulta pequeña señor Jefe de Gobierno; renuncie tal vez el vicejefe se encargue.