N ° 9
Buenos Aires, marzo 19 de 1999.-
Durante el fin de semana se conoció la intención de convocar a consulta popular sobre la re-reelección por la nueva multipartidaria liderada por la Alianza y muchos partidos liderados por ex colaboradores de gobiernos de facto (estos seriamente preocupados por la vigencia de nuestra Constitución, lástima que un poco tarde).
Claro que, viveza criolla mediante, consulta popular donde podamos ganar nosotros. No donde sospechamos que pudiera hacerlo el justicialismo. Y en distintas fechas.
La primera cuestión a mí juicio es que un tema referido a la Constitución Nacional no es resorte de los gobiernos provinciales o municipales. Estos solo pueden convocar consultas populares, referéndums, plebiscitos, o lo que fuere siempre que sus constituciones locales se los permitan y referidos a temas de su provincia o ciudad.
El segundo tema es, que si como sostienen estos dirigentes la re-reelección es inconstitucional una consulta popular acerca de tal tema es innecesaria. Si el tema es inconstitucional, una consulta popular sobre el tema es más inconstitucional.
La Alianza y el duhaldismo sostienen que la Constitución no debe ser interpretada, por lo tanto consultar su interpretación es un contrasentido, un oxynomorous. Es decir una idea contradictoria en sí misma.
Ahora bien, si hacen la consulta para interpretarla o que la gente opine, quiere decir que el tema es opinable. Sí así es, ello corresponde a la Justicia Federal conforme el artículo 116 de la Constitución Nacional.
Por lo tanto en cualquier caso De la Rua, Chacho Alvarez, Duhalde, etc. están o violando la Constitución, o usurpando cargos y poderes.
Sabiamente en esta cuestión Raúl Alfonsín y sus seguidores se mantuvieron al margen.
¿Qué pasaría si gana la re-reelección? ¿Suponen que entonces los jueces y el Congreso deberían avalar algo inconstitucional?. Sería algo así como una violación consentida.
Además ¿Qué pasaría si en la consulta popular el 45% de los votantes se pronunciase a favor de la re-reelección? Es un porcentual por el cual puede proclamarse presidente en primera vuelta a cualquier ciudadano según la Constitución. Si el porcentaje fuera 20% estaríamos frente a un candidato que tiene mayor aval preelectoral que el mismo De la Rua (de Chacho Alvarez no hablo porque ni siquiera fue votado candidato).
La pregunta es una trampa demuestra la parcialidad y la falsedad de la pretendida consulta porteña.
Obviamente el gobierno nacional, o los menemistas, dicen que si hay consulta popular debe ser vinculante. En ello tienen razón porque si van a jugar ese juego el mismo debe tener un sentido. Pero lamentablemente creo que solo podría ser vinculante si hay un pacto político previo. Como la Alianza tiene miedo de perder con Menem otra vez dudo que pacten algo así.
Un tercer tema es que los funcionarios que convoquen estas consultas no vinculantes estarían cometiendo por lo menos dos delitos. Usurpación de autoridad (el funcionario que ejerciere funciones correspondientes a otro cargo, art. 246 inc.3 del Código Penal) y malversación de caudales públicos (el funcionario que diere a los caudales o efectos que administrare una aplicación diferente a aquella a que estuvieren destinados, art. 260 del mismo código).
Un cuarto punto es que hay una cuestión de fechas importante. Que las votaciones referidas a un tema o una elección se hagan en una misma fecha y hora tiene un fundamento democrático. Evitar que el resultado de un distrito influencie en el ánimo de los electores de otro. Así en EE.UU. nadie puede dar un resultado electoral hasta que cierran los comicios de Hawai, y ello sucede muchas horas luego del cierre de la costa este y oeste inclusive.
Por eso cuando dicen de hacer consultas en distintas fechas y se eligen primero los distritos favorables se está haciendo una trampa. Y de trampas no se puede vivir.
Un párrafo se merecen también algunas instituciones intermedias como los Colegios de Abogados que velozmente se expiden condenando a quienes piensan o desean votar nuevamente por Carlos Menem como Presidente. Alertan acerca de la presunta violación de la Constitución Nacional, del grave estado moral, etc. pero cuando se llama a consultas populares ilegales desde la oposición se callan.
Suena antiguo, y mí padre se sentía orgulloso cuando lo llamaban gorila. Pero esta miopía, donde solo se alza la voz contra el justicialismo, donde se calla ante los atropellos a la ley que cometen la Alianza y sus candidatos, solo puede entenderse desde quienes siguen sin reconciliarse. De quienes jamás gozaron de tanta libertad para expresarse libremente como desde que Carlos Menem cambió la historia.
Nunca algún argentino tuvo antes de ahora tanta libertad para pensar y expresarse libremente, sin temor a ser agredido por sus ideas. En un marco de tanta libertad pareciera que algunos desean que aquellos que apoyan al Presidente Menem sí sean agredidos, perseguidos por pensar distinto.
Como puede verse es una verdadera locura la desatada por la Alianza. El drama de la cuestión es que por ahora pareciera que pueden ser el próximo gobierno y no resulta muy alentador es de serlo ya se comporten así.
La libertad no es para perseguir la libertad de otros. Arriesgaría la mía por defender la libre expresión de ideas de otros. En estos días aprendí que hay otros que arriesgarían mí libertad por pensar distinto a ellos. Ya no estamos para ello.