N ° 9
Buenos Aires, marzo 19 de 1999.-
China es un país lejano y misterioso, con un Congreso de solo 2.866 diputados. Estos sancionaron hace algunos días una reforma constitucional importante; colocaron a la empresa privada (china o extranjera) en condiciones de igualdad de oportunidades y trato ante la ley que las empresas estatales.
El Presidente de la Asamblea del Pueblo, llamado Li Peng expresó “las enmiendas aprobadas hoy son la expresión del éxito de la campaña de reforma y apertura. Ahora la Constitución china es más perfecta, se ajusta a las realidades del país y favorece el avance del pueblo hacia un socialismo con características chinas”. ¿A qué socialismo se refería?
Veamos el nuevo artículo 11 de la Constitución China dice “el sector no público, incluyendo el autoempleo y la iniciativa privada, son un componente de la economía de mercado socialista. El país protegerá los legítimos derechos y los intereses del autoempleo y de las empresas privadas”.
Muchos años después de los viajes de Nixon, poco tiempo de la entrega de Honk Kong, el capitalismo democrático ha ganado su batalla en China. Queda sin embargo mucho por hacer, pero es como cuando el agua filtra un dique, el libre mercado llega a China. Lo próximo será un régimen político más adecuado a ella, es decir una democracia, que también será a la “china”.