N ° 8
Buenos Aires, marzo 12 de 1999.-
Con el paso de los días la re-reelección de Carlos Menem sirve para desnudar las ideas de muchos políticos. Quienes están en contra de la re-re, se llenan la boca con la institucionalidad y la legalidad constitucional.
Es un tema cansador y tiene un claro punto. Está lleno de políticos temerosos de competir con Carlos Menem, y nuestro Presidente está haciendo cuanto puede para retener su poder.
¿Pero, si Menem es tan odiado, su gobierno es tan malo y falta poco para un “estallido popular” (según sus adversarios), porque tienen miedo de ganarle en las urnas? Tal vez saben que cuando la gente vota hay menos verba política y eso les da miedo, o tienen tantas ganas de llegar al poder que prefieren quitarse el obstáculo más serio en ese camino. ¿Sabrán que quieren hacer cuando lleguen al poder?
Estas son cuestiones que hacen al fondo de las actitudes políticas, pero luego de que el Dr. Bustos Fierros dictara una medida cautelar en el tema jurídico y constitucional se ha producido un verdadero temblor político.
Algunas reflexiones también hacen a la responsabilidad de los opositores a Menem. Por ejemplo durante las sesiones extraordinarias no hubo quorum una sola vez. Este miércoles para decir que hay que cumplir la Constitución (vaya novedad) muchos eternos violadores se reunieron, votaron la estentórea declaración y basta de trabajar.
Igualmente grave desde el punto de vista institucional es que un cuerpo o poder como el Legislativo intimide a los miembros de otro poder. Es el caso reiterado de los diputados y senadores de la Alianza UCR-Frepaso. Desde hace años se la pasan amenazando a cuanto juez pase por un litigio que envuelva al Estado Nacional, a los funcionarios nacionales, a las políticas del gobierno de Menem. En el caso del Juez Bustos Fierros se ha sumado al coro un sector del justicialismo.
Tampoco es sano que la oposición se la pase amenazando al Poder Judicial, y resulta mucho grave cuanto más cerca están del poder. Esta conducta es un verdadero atentado a la estabilidad institucional porque no permite que los jueces dicten sus sentencias con la tranquilidad necesaria. Ya bastante presión pone la prensa televisiva, la justicia debe juzgarse por sus sentencias no por la impaciencia de ganar un titular.
Es claro que en esta situación los jueces cada vez son menos libres. Y no es culpa solo del gobierno nacional, es también de los legisladores de todos los partidos. Si hay mal desempeño de las funciones de un juez debe ser juzgado por la vía constitucional correspondiente, pero estar amenazándolos antes de sus sentencias, o pidiendo juicio político (o jury en el caso que corresponda) porque no nos gusta una sentencia.
Y no es un tema menor que de bronca escuchar a tantos legisladores hablar de respetar la Constitución Nacional cuando ellos y miles de jueces la violaron hasta cansarse durante décadas. ¿O creen que la ley de abastecimiento era constitucional, o cambiar la moneda por decreto (caso del Asutral), o el desagio de contratos privados, o las leyes penales cambiarias que castigaban cambiar dólares, etc.?
Podría seguirse hasta el infinito porque al amparo del “bienestar general” y la “justicia social” se violaron los derechos de propiedad, de ejercer el comercio e industrias lícitas durante años. Y para estos fantoches era legal. ¿Dónde está escrito en la Constitución que el petróleo, las comunicaciones, los servicios eléctricos, los combustibles, etc. son monopolios estatales? Porque hasta que Menem los privatizo no eran una industria licita según las leyes y por eso le estaba prohibido al capital privado explotarlos.
¿Es constitucional que una Senadora por Capital Federal antes de terminar su mandato se haga elegir Diputada por la Provincia de Buenos Aires? Porque por razones de mera conveniencia electoral la hoy Diputada Rosa Graciela Castagnuolo de Fernández Meijide hizo eso.
¿Fue constitucional que un presidente del Banco Central en 1982 (Domingo Cavallo) estatizara la deuda privada externa de compañías y nos la hiciera pagar a todos los demás argentinos? Ni siquiera una ley, circulares del banco Central.
¿Fue constitucional crear tribunales especiales, detener periodistas y militares por decreto sin estado de sitio, establecer un ahorro forzoso, desagiar contratos, poner precios máximos, cambiar moneda por decreto? Todo eso sucedió reiteradamente entre 1983 y 1989 con el gobierno de Alfonsín.
¿Cuándo el Dr. De la Duda alzó su voz para defender esas violaciones constitucionales?
¿Fue legal y legítimo que el hoy Diputado Alberto Natale fuera Intendente de Rosario designado por un general? Seguramente para él sí, además básicamente debe su carrera política a ese cargo. Sin embargo Natale parece ser el baluarte de la defensa de la Constitución. Es igual a los colados grita para ocultar lo que es.
Como remate del dislate institucional, mientras se rasgaba las vestiduras por hacer respetar la Constitución, Domingo Cavallo propuso “poner en disponibilidad a todo el poder judicial por única vez”. En otras palabras “violemos la Constitución una vez y que sea la que digo yo”. Seguridad jurídica.............. ¿Qué significará para Cavallo?
Esa es la cara verdadera de cuando un político desprecia la Constitución. Es algo que Mariano Grondona califica como el fascismo de mercado, que haya dólar libre, libre mercado pero podemos violar otras cuestiones que hacen al sistema republicano liberal. Es no entender el alcance que tiene la estabilidad de los jueces para asegurar el adecuado juego de los tres poderes. O peor aún querer cambiar jueces para poner otros que sean adictos al nuevo poder. Esa fue la esencia de la propuesta de Cavallo.
Estoy seguro que además Cavallo cuando piensa nombres para nuevos jueces tiene en mente nombres de abogados que ya fueron jueces (durante el Proceso) o fueron complacientes entre los años 1976 y 1983. Y en esos años deben haber existido numerosos jueces de bien, probos y capaces. Pero fueron quienes aceptaron y juraron un poder revolucionario, por eso cuando veo estas propuestas tiemblo.
Tampoco fue sorpresa que el primer apoyo a ese proyecto fuera de Eduardo Duhalde. Pero es más grave y lamentable, porque Cavallo no va a ser presidente, pero Duhalde puede serlo. Además amenazo con cárcel a quienes promueven la re-reelección de Menem, un gobernador que tiene a todos los delincuentes sueltos que fortaleció mafias policiales durante su gestión ahora amenaza con cárcel a quienes solo ejercen un derecho a expresarse y a apoyar sus ideas.
¿O cree Duhalde que tiene el monopolio de la interpretación constitucional, y que aún teniendo razón pensar distinto es un delito?
En fin cuando se ve tanta desmesura también se entiende porque muchos otros siguen luchando por la re-reelección de Menem.
Faltaría saber que piensa realmente Carlos Menem, pero igual que Alfonsín es un político astuto y calla.