N ° 7
Buenos Aires, marzo 05 de 1999.-
Hace algunos días el New York Times dedico una nota a elogiar a nuestro país por el tema dolarización. No entraron al tema en cuestión tecnicamente solo se refirieron a como Argentina había colocado 1000 millones de dolares en bonos al amparo de subir la apuesta en plena crisis brasileña.
El artículo tenía frases de “reportes” tales como “..en una clara muestra de que los inversores desean prestar fondos a los paises que administran correctamente sus economías, la Argentina vendió con facilidad mil millones de dolares en bonos...(New York Times)”, “...observadores argumentan que el fuerte vínculo de la moneda argentina con el dólar -además de otras políticas economicas- permitio separar del Brasil a la Argentina.... (J .P .Morgan)”
Resulta claro entonces que más allá de los tecnicismos y politiquerías locales subir la apuesta proponiendo pasar de la convertibilidad a la dolarización fué exitosa para nuestro país. En plena crisis monetaria y fiscal (sobre todo fiscal) del Brasil el gobierno de Menem actuo fuerte y marco diferencia. Eso es bueno para todos, y ahí es donde se ve que diferencia a un político mediocre de un gran presidente.
Pero la comparsa que debio ganarse todos los premios es la del FMI. El 13 de noviembre de 1998, dos meses antes de entrar en esta crisis, el FMI anunció un apoyo de 41.500 millones de dolares al Brasil, para salvarlo del contagio de la crisis financiera internacional y respaldar el programa de ajuste fiscal. Nueve mil millones de dolares fueron de disponibilidad inmediata.
Los analistas y el FMI coincidieron en ese momento que la ayuda financiera del FMI alejaba aún más la posibilidad de una devaluación. (¿habrían estado pensando que la devaluación era el día 14 de noviembre, o ya cambiaron su empleo y se pusieron a pronosticar metereología?.......). Pedro Malan dijo también que “el acuerdo con el FMI ayudaría a mantener la política cambiaria brasileña que contaba con el respaldo del organismo”. Gustavo Franco (por entonces presidente del Banco Central de Brasil) estimo que la caida de reservas se detuvo a comienzos de noviembre de 1998 y de ahí en más solo existe un flujo de salida de dolares mínimo y previsible.
No parece necesario hacer mayores comentarios sobre la capacidad (incapacidad) de estos funcionarios y burocratas.
Pero me vino a la memoria un sagaz comentario que leí en el Los Angeles Times hace trece meses, en el cual decían mordazmente que aún no se había secado la tinta del reporte del FMI pidiendo a las agencias calificadoras de riesgos y ratings que dieran Investment Grade a Indonesia y ya estaba la crisis fiscal y financiera de ese país. Realmente había pasado casi una ...semana. Los Angeles Times sostenía que el FMI solo era una ofician llena de burocratas bien pagos que se dedicaban al turismo, pero que sus planes y consejos eran un fracaso total.
Durante 1998 este tema acerca del fracaso del FMI para advertir crisis ya no tiempo antes sino ni siquiera cuando estaban estallando, de sus planes y el derroche del dinero inutilmente creció. Pero los burocratas del FMI se llamaron a silencio y dejaron pasar la ola de furia. Ya en noviembre estaban turisteando en Brasil y derrochando dinero para estabilizar la crisis monetaria y apoyar el “no ajuste fiscal”
Esta semana Milton Friedman señalo el grave yerro del FMI en Brasil. Expresó que no comprendía “cual fue la ventaja de postergar soluciones, porque nadie puede decir que Brasil está mejor que antes”, y atribuyo la responsabilidad de ello al FMI, que al prestar 41.500 millones en noviembre había prolongado la ilusión, mientras todos sabían que el verdadero problema no era meramente cambiario sino un grave desorden fiscal.
Carlos Rodríguez del CEMA no la emprendió directamente con el FMI pero hace unos días hizo lo que Juan Carlos de Pablo llamo la cuenta del almacenero. La deuda de Brasil paga un interes anual del 20% y es un 50% del PBI, es decir que nuestros vecinos necesitarían solo para pagar intereses un superavit fiscal primario del 10% del PBI [(100 x 50%) x20% = 10%]. En otras palabras IMPOSIBLE, salvo para los muchachos del FMI que siguen prologando la droga para evitar perder sus empleos y que cierren el ya inútil organismo.
Lo bueno de esta cuestión es que Brasil está cada día más cerca de hacer sus deberes y ordenar racionalmente la economía. Cada día que pasa están más cerca de seguir a Erman Gonzalez y tener que hacer un Plan Bonex, les guste o no, y después o hacen el ajuste fiscal y reordenamiento de su economía o volverán al caos. Y como no hay nada más cobarde que un político o congresista asustado por la ira popular, los políticos brasileños tendrán que afrontar la desagradable tarea que aquí le dejaron a Menem. ¿tendrá valor para hacerlo Fernando Enrique Cardoso ? ......es un de la Rua ilustrado, no un piloto de tormenta.