N ° 6
Buenos Aires, febrero 26 de 1999.-
En estos días Raul Alfonsín cansado de algunas deslealtades, y también como un mecanismo para acumular mayor poder en caso de volver, y quien lo duda él volverá, renuncio a presidir el IPA.
IPA no es solo un vocablo del truco, es la sigla del Instituto programático de la Alianza. Allí los autores de los grandes avances económicos y sociales del gobierno de Alfonsín y los opositores a las reformas de la administración Menem se reúnen para armar su plan de gobierno.
Como alguna vez señalara Mises el socialismo es un error intelectual, y por eso sumar errores no nos dará una verdad. Pero en cualquier caso lo mejor es que se fue Alfonsín y lo reemplazarán dos de sus bastoneros (ex ministros) durante su presidencia. Dos verdaderos ejemplos de la política del fracaso.
Se trata de Dante Caputo y Rodolfo Terrengaño. Este último que sigue tratando de convencernos que lo sus negociados con gobiernos socialistas asociando en forma directa y sin licitación algunas empresas estatales eran privatizaciones, que se olvida de sus apagones nacionales y programados. Caputo que gasto cientos o miles de millones alentando exportaciones demagógicas mediante financiamiento de la OPRAC I del Banco Central a los países insolventes del Tercer Mundo, No Alineados, o bien alineados pero por la izquierda (Cuba Castrista y Nicaragua Sandinista), para conseguir que lo votaran Presidente de la Asamblea General de la ONU (cargo decorativo sí lo hay).
Dos auténticos exponentes del fracaso de los años 80, y de la generosidad argentina que los seguimos escuchando se harán cargo de continuar la tarea de Alfonsín. Que no la comparto, pero al menos tiene el valor de sumar apoyo por sí mismo.
Ahora sí (¿se acuerdan?) nos quedamos tranquilos. EL IPA esta en buenas manos. Lástima que no están jugando al truco sino con nuestro futuro.