N ° 6
Buenos Aires, febrero 26 de 1999.-
En el diario La Nación del 22 de febrero (pág. 6) se publico un artículo referido a las lecturas actuales de algunos políticos. Más allá de estar en duda que muchos de ellos siquiera conozcan la tapa de los libros que dicen estar leyendo, me llamo la atención la lectura de la Diputada Elisa Carrió (UCR – Chaco).
No es para menos su respuesta fue “Facundo de Sarmiento, lo estoy leyendo para entender a Menem”. Si leyendo a Sarmiento pudiéramos aprender acerca de Menem querría decir que Sarmiento fue un profeta, no todo aquello que nos enseñaron en la escuela.
Lo cierto es que la obesa Diputada Carrió leyendo a Sarmiento, va, con suerte, a entender al autor (Sarmiento) no a Menem.
Igualmente la frase denota la soberbia radical, que expresa esta vez la rubia y obesa Diputada Carrió. Ella es rubia y radical, pensará que ello la hace representar a la civilización y que como Menem es negro y riojano representa a la barbarie.
Pero recordando la última gestión de gobierno radical creo, con humildad, que están mucho más cerca de la barbarie la rubia Diputada Carrió y sus correligionarios que Menem. También pienso que no todo el radicalismo tiene la soberbia clasista y antidemocrática de la señora Carrió.
Pero como la blonda y obesa Diputada es seguidora de Raul Alfonsín tampoco debería llamarnos la atención que sea lectora de Sarmiento. Porque nuestro ilustre sanjuanino también escribió Argirópolis, novela que instalo la idea de trasladar la capital al sur.
Idea que Alfonsín abrazo con fervor y promovió llevar la capital a Viedma. Recuerdo vagamente que luego de algunos años de soñar con ello el proyecto quedó en el olvido, claro que según distintas versiones al costo –despilfarro de dineros públicos- de entre 800 y 2400 millones de dólares según quien diera la versión.
Y fue entonces que me pregunte también ¿querrá de la Duda, ejem...perdón de la Rua, continuar con el proyecto? Porque recordé que nuestro eterno candidato a cuanto cargo conozco, excepción hecha de consejero escolar, como Senador Nacional votó afirmativamente aquella ley de llevarnos a Viedma.
Aquel sueño de llevar la capital a Viedma fue una clara muestra de que podemos esperar de un gobierno aliancista, de cuales pueden ser sus prioridades. A los jubilados les congelaron las jubilaciones, a los docentes les retrasaron sueldos, y así podríamos seguir. ¡¡¡¡¡¡Pero nos íbamos a Viedma, ello resolvía los problemas del país !!!!!!
¿Querrá De la Duda, perdón otra vez De la Rua, continuar aquel proyecto?