N ° 3
Buenos Aires, febrero 05 de 1999.-
Las aduanas han sido históricamente focos de gran corrupción, casi está en su naturaleza ya que son un organismo creado por los reyes para favorecer ciertas oligarquías empresariales a quienes a cambio de su apoyo le aseguraban un mercado cautivo o donde otros productores verían dificultado el ingreso de sus bienes. El precio más elevado de los bienes lo pagaban, lo pagamos los consumidores, mientras los empresarios veían favorecida, sino aseguraba, una rentabilidad extraordinaria a costa de los consumidores.
Viejo ejemplo de la corrupción en las aduanas fue la medida que tomaron los reyes de Portugal con las aduanas de Río de Janeiro, que era concesionada por medio de un concurso público. Así los reyes reconocían que la aduana se había transformado en algo inmanejable y mejor recibir una suma determinada y transferir el riesgo de no cobrar a otros.
Otro ejemplo más cercano fue el acuerdo del barco inglés de 500 toneladas (uno por año) al que le era permitido comerciar con el Puerto de Buenos Aires. Ingleses astutos pagaban a las autoridades y el barco fondeaba cada principio de año y era reabastecido por otros bajeles todo el año con la vista gorda de autoridades del puerto y aduana porteñas..... El tratado era cumplido en su letra. Solo la corona y sus industriales protegidos perdían ventas e ingresos, los funcionarios de la corona en el puerto y la aduana recibían pingües beneficios.
Pero así es la historia de las aduanas y de las restricciones al comercio y a la industria.
Para mi bien claramente la aduana es una institución innecesaria para el libre comercio. Pero también sé que hoy resulta muy díficil proponer su eliminación. Es decir que debemos convivir con ella. ¿Pero, debemos aceptar que todo siga igual por siempre?
Por eso en los años de leer diarios y hastiarnos de la corrupción aduanera, de la morosidad en lo casos judiciales por contrabando, etc. Hay que proponer ideas. Tengo al menos dos que ayudarían.
1- Toda importación que sea pagada en origen o en efectivo, o no sea confirmable por sistemas de giro, carat de crédito bancaria obligatoriamente debe ir al llamado “canal rojo”. El pago en origen, o por cheque, efectivo, etc. permite la subfacturación de los bienes. Por lo tanto si se acepta que los importadores paguen de tal modo debería obligarselos a ir al “canal rojo” para verificar las mercaderías en calidad, cantidad y precio.
2- Los bienes incautados en casos de contrabando se rematan luego de muchos años con pérdida de dinero y con el resultado de que el contrabando por fin entra al mercado a bajo precio. Por lo tanto sería mejor que las leyes ordenaran la venta inmediata luego de la incautación con la obligatoriedad de reexportar el producto del intento de contrabando. De esta forma en lugar de salir divisas por el contrabando ingresarían al país y esas mercaderías irían a otros mercados. El dinero obtenido se colocaría en una cuenta fiduciaria en divisas fuertes y debería servir para recompra de deuda pública o para financiar un fondo de reeducación y capacitación laboral, técnica, etc. o para financiar proyectos de producción orientados a la exportación. La administración del fondo se licitaría para managers (fondos, bancos, o grupos profesionales) que deberían administrarlo como un fideicomiso y percibir una comisión sobre la rentabilidad del fondo.
Si alguien cree que estas ideas son buenas para mejorar la economía de nuestro país, la recaudación fiscal en forma más justa, etc. le pido que trate de difundirlas, de hacerlas llegar a nuestras autoridades. Obviamente también me gustaría recibir sugerencias.