N ° 3
Buenos Aires, febrero 05 de 1999.-
Mañana 6 de febrero se cumplirán diez años, solo diez, del acabosé del Plan Primavera. El 6 de febrero de 1989 Juan Vital Sorrouille y José Luis Macchinea devaluaron casi un 38% el Austral.
Hoy Machinea es uno de los gurúes económicos de la Alianza Radical-Frepaso, entonces solo era el presidente del Banco Central.
Por eso a diez años del fin del llamado Plan Primavera también me vienen a la cabeza algunas reflexiones e memorias.
El Plan primavera fue la recta final del Austral. El Austral fue creado por decreto de Alfonsín en abril de 1985, su valor era 0,85 por cada un dólar. En la televisión (por entonces toda era estatal y por lo tanto controlada por el gobierno de turno) nos inundaron de aquella propaganda que decía “evite el redondeo porque ahora el medio centavo vale”.
El plan Austral, el plan Primavera, etc. Los argentinos vivíamos de planes, de colas para llenar un tanque de nafta porque había tarifazo (gas, luz y teléfono no se podían llenar y además no se conseguían, ni todos lo tenían). Esa era la Argentina del estatismo, del dirigismo, de la prebenda.
La Argentina donde un gobierno podía por decreto aumentar todos los precios y sacarnos plata del bolsillo, llamar al Banco Central y obtener dinero con solo emitir sin importar su falta de respaldo o el impuesto inflacionario, donde la moneda se cambiaba por decreto (aunque la constitución mande hacerlo por ley), donde se desagiaban los contratos privados y públicos, se congelaban las jubilaciones por decreto, o se declaraban emergencias previsionales por decreto, o se nos imponía “ahorrar forzosamente” . Decreto, decreto, decreto.......
¿Cuánto decreto no? Todo se hacía por decreto, todo eran planes. La prensa se callaba porque dependía para sobrevivir del gobierno en turno y entonces que se cambiara todo por decreto y no existiera seguridad jurídica alguna a nadie importaba.
Por eso diez años despúes de áquel 6 de febrero de 1989, que fue un punto de inflexión en nuestra economía que culminó con la transformación encarada por la administración del Presidente Carlos Menem, la reflexión es que resulta cierto que hay problemas, desempleo, etc. como en cualquier economía del mundo actual; pero la verdad creo que estamos mejor. Estemos como estemos lo mejor es que reflexionemos, recordemos quienes dirigían antes y como, y cuando hablamos de seguridad jurídica tengamos presente que la peor inseguridad es que el gobernante de turno pueda decidir sobre nuestras vidas, libertad y propiedad por decreto.