N ° 1
Buenos Aires, enero de 1999.-
En enero de 1999, no solo estaremos empezando el último año del siglo, también seremos testigos del 40 aniversario de la toma del poder de Fidel Castro. ¡Sí! 40 años de dictadura, de opresión, torturas, genocidio y muchas formas más de violar los derechos humanos.
En 1999 La Habana será la sede de la cumbre de Mandatarios de Iberoamérica. Una región democrática y pacífica, pero que en los 60 y 70 vivió un conflicto sangriento entre guerrillas de izquierda financiadas por Castro y el contraterrorismo de estado de las dictaduras militares.
Luego de 40 años de manchar sus manos con la sangre del pueblo cubano y de muchos otros pueblos agredidos por la guerrilla que él financio, Castro aún se da el lujo de dirigirse a los demás pueblos y presidentes como si fuera un ángel.
También cumplo 40 años en 1999 y me parece poco tiempo para mí vida, pero para alguien que haya nacido ese año en Cuba debe ser un larguísimo y duro infierno.
Creo que es hora que digamos basta. Que quienes creemos en la libertad, en la vida y la dignidad, sepamos decirle a quienes nos rodean, 40 años de Castro son demasiados.
¿Si no fuera de izquierda que estarían diciendo de él?
No conozco Cuba, salvo por las palabras de quienes desde el exilio lloran su destino y el de sus compatriotas, y por los cuentos de quienes viajan por turismo. No conozco Cuba, ni sus famosos habanos, porque no financio dictadores, porque los inversores extranjeros ayudan a mantenerse en el poder a un sangriento dictador y ser capitalista no me obliga a ganar plata a costa de la sangre y la libertad de los cubanos en complicidad con Castro.
Quisiera conocer Cuba, para eso debería caer Castro, ¡ Ojalá! Que su 40 aniversario como director de torturas sea el último. Quisiera conocer a un cubano de mí generación que viva en la isla, pero lo haga en libertad. Basta ya de Fidel !