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N ° 24/2001

Buenos Aires, diciembre 05 de 2001.-

LAS MUJERES QUE NO SABEN SUMAR

(comentario de libro)

       Hace una semana tuve el gusto de ir a la presentación del libro de María Zaldívar, llamado “Las mujeres que no saben sumar”. Ante todo hay que decir que es un libro valiente, que deja de lado la estrategia de querer quedar bien con el lector, de pretender que ser mujer de un derecho de ‘impunidad’ a su conducta social.

       El libro contiene una amena descripción de muchas mujeres que socialmente diríamos son la “clase socialmente alta” tradicional de nuestra ciudad, en especial. Un replanteo sobre el “rechazo” al rol de la mujer como eje de la cohesión familiar vivido como algo valioso, no como un castigo.

       María Zaldívar hace un análisis descarnado muestra que parte de nuestros problemas ha sido el abandono por muchas mujeres de sostener los valores éticos en la educación de sus hijos, y ello a cambio una comodidad monetaria. Pero no queda allí muestra un camino de crecimiento para la mujer y también para nosotros los hombres, un camino de mejora para la sociedad sobre la base del esfuerzo, la libertad y la responsabilidad individual.

       El libro tiene una brisa positiva en estos días tan difíciles no apela a buscar que otros, en especial el Estado, resuelvan nuestros problemas, sino a la responsabilidad personal.

       Es un libro que a muchos hombres y mujeres en su fuero íntimo les planteara si su forma de vida es correcta, si quieren un cambio de verdad y pueden aceptarlo. Pero tiene el valor de la realización personal de la autora, que sabe que se puede ser mujer, madre y competir de igual a igual con otros seres humanos, sin ser menos por ser mujer pero sin esperar más por ello tampoco. Un camino duro pero con el valor de la sinceridad.

       Por mi parte disfruto de “La Otra mujer” que nos muestra María Zaldívar como algo valioso en la vida personal y profesional.

       Dos muestras actuales del libro:

 “......... El perfil bajo de Inés de De la Rua, por ejemplo, y su aparente desinterés por los beneficios del poder político no guardan relación alguna con la ansiedad desaforada por los privilegios que manifestaron sus hijos no bien se convirtieron en familia presidencial. Agustina y su consorte instalados en la Quinta de Olivos y trepados a cuanto viaje oficial se agenda; y los varoncitos empalagados de jet-set sugieren una conducta que nada tiene que ver con la sobriedad declamada antaño, mientras ahora Inés calla y otorga. Ninguno de los cuatro tiene actividad productiva conocida. Sin embargo los cuatro hacen gala de un pasar digno de gente que trabaja”. (Pág. 96)

 “.......... en esta modalidad mutante (refiriéndose a la infidelidad política) contamos con una figura emblemática: la actual ministra Patricia Bullrich (serían tiempos de la imprenta) lo que se dice un alma nómade.............. el know how que ella puso en práctica con tanto éxito. ‘De cómo se recicla un subversivo’ porque, si algo domina Patricia Bullrich, es la pirueta que la traslado de la clandestinidad a la función pública” (Pág. 54)

       Un libro pequeño que tiene mucho para decir de nuestra sociedad, algunos orígenes de nuestra decadencia pero a la vez señalar un camino para reencontrar la buena senda.

 

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