N ° 23/2001
Buenos Aires, noviembre 13 de 2001.-
Tal vez ante la angustiante situación nacional comenzar por hablar del Partido Justicialista pueda parecer inoportuno, sin embargo el Congreso Nacional celebrado por Eduardo Duhalde en la Lanús el pasado sábado tiene una inusual trascendencia luego del resultado electoral del 14 de octubre y el vacío de conducción del gobierno nacional.
La furia y el odio de Eduardo Duhalde por el ex presidente Carlos Menem son públicos y notorios, no necesita ser contada. Estaba claro que Duhalde y el aparato partidario de la provincia de Buenos Aires, más propio del saadismo de hace dos décadas que de un partido moderno.
Este Justicialismo duhaldista está casi antes del Congreso del teatro Odeón y del de Termas de río Hondo. No solo por lo cerrado y verticalista sino por sus métodos de selección y más grave aun por sus anquilosadas ideas.
Lo más grave del congreso nacional del PJ realizado el sábado 10 en Lanús fue la decisión de separarse de la IDU (Internacional Democratic Union), organización que núclea a los partidos de centro derecha, conservadores y demócrata cristianos de los países del mundo libre. Entre sus miembros mas destacados están los partidos Republicano de los EEUU, Conservador de Gran Bretaña, Demócrata Cristiano de Alemania, Chile, Partido Popular de España, RPR de Francia, etc.
Las inversiones extranjeras más importantes por nacionalidad en Argentina son norteamericanas, españolas y francesas. Las tres naciones son gobernadas por los partidos miembros de la IDU. Partido Republicano con George W. Bush en USA, Partido Popular con Aznar en España y RPR en Francia con Jacques Chirac.
Es decir que Eduardo Duhalde ha demostrado su más absoluto desconocimiento de la política internacional, algo que ciertamente Juan Domingo Perón sería el primero en condenar. Teniendo el Justicialismo el privilegio de poder sentarse a dialogar con líderes mundiales de primer nivel Duhalde quiere retroceder 40 años y volverse a una tercera posición ya inexistente.
Si ser tercer mundista era malo, si el antagonismo con el Mundo Libre nos costó muchos tragos amargos en el pasado cuando al menos existía alguna justificación de resentimientos disimulables por el conflicto entre las democracias occidentales y el imperio bolchevique, hoy carece de todo sentido.
Uno puede sospechar que Duhalde y sus seguidores han decidido esto por rechazo a Carlos Menem, sería una razón condenable por mediocre y estúpida, pero escuchando al Diputado Lorenzo Pepe explicar los porques el domingo en una radio está claro que este grupo de dirigentes tiene ideas muy retrógradas.
¿Porqué he considerado tan relevante esta cuestión? Simplemente porque si estos dinosaurios mentales y políticos son la alternativa al fracaso de la Alianza UCR-Frepaso encabezada por Fernando de la Rua, nuestro país puede tener un destino muy negro por delante.