N ° 23/2001
Buenos Aires, noviembre 13 de 2001.-
Un plan económico para ser exitoso básicamente necesita ser permanente, claro y sencillo. Esas son condiciones necesarias aunque no suficientes para que todo un pueblo, los inversores, empresarios, puedan apostar a favor de él.
Todos sabemos que las medidas anunciadas son de una alta complejidad, que ni el propio presidente puede explicarlo. Las reglas de juego han cambiado tantas veces en 23 meses que ya no podemos citar al decreto modificatorio del decreto ya modificado. Esto es en sí mismo un mal comienzo de este nuevo paquetazo.
Cuando estaba revisando mis borradores descubrí que ya patricia Bullrich había renunciado y no era ministro. Seguramente su fugaz ministerio sea repartido entre los ministros Dumon y Sartor como confirmación de la falta de rumbo y plan del gobierno nacional.
Por otro lado la actitud de Patricia Bullrich viene a herir gravemente al Presidente Fernando de la Rua por cuanto confirma que ha “negociado y acordado” con un sindicalismo desprestigiado ante la sociedad, o al menos eso entiende la opinión pública. Algo que explica también porque la Checa (OA) se ocupo especialmente en marzo del 2000 de no querellarlos por la gestión del Pami, mientras Cecilia Lewinsky Felgueras y Horacio Rodríguez Larreta los mantenían a los intervenidos como sub interventores.
El Pami es un desastre prolijamente ocultado por la mayoría de los medios de comunicación que temen confesar que hoy está mucho peor esta obra social que lo que ellos querían mostrar cuando la presidía Víctor Alderete. Uno de los autores de este desastre del Pami de hoy es Horacio Rodríguez Larreta, pero fue premiado con un cargo para el cual también ignora todo, la dirección general de la DGI.
Revise los comunicados de prensa y tampoco veo que el Presidente de la Rua haya aprovechado a echar al mendaz ministro de Enfermedades Inventadas, don Héctor Lombardo. Hace ya más de 15 días que quedo al descubierto su mentirosa maniobra para distraernos del resultado electoral, la crisis económica y política inventando sobres con ántrax y sigue en su cargo. Más callado pero en su cargo.
Ocho planes. Tres ministros de economía. Tres impuestazos, dos reducciones de salarios. Demasiados anuncios mentirosos y obviamente incumplidos.
Casi entrar a comentar algunas medidas me parece innecesario porque está que el mayor problema de nuestra nación es la incompetencia del Presidente de la Rua. Incompetencia para ejercer el cargo para el cual ha sido designado que debería bastar para echarlo mediante un juicio político.
No se trata de golpismo, sino de salvar a la nación y a nuestro pueblo. No se trata de hacer un golpe sino que de una vez se enseñe que ningún aventurado debe arriesgarse a ser candidato para un cargo de semejante responsabilidad cuando es un perfecto incompetente.
Es el artículo 16 de la Constitución Nacional que establece que la idoneidad es el único requisito exigible para ocupar un empleo público. Al fin y al cabo el Presidente de la Nación no deja de ser un empleado del pueblo y por lo tanto comprobada su incapacidad debería ser removido.
Nada obliga a que Argentina se hunda por tolerar dos años y un mes más a un incapaz en el ejercicio de la presidencia. No debemos recurrir a ningún ex coronel iluminado por él mismo, sino a la Constitución.