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N ° 22/2001

Buenos Aires, octubre 23 de 2001.-

¿ANTRAX EN ARGENTINA?

      El viernes nuestro inefable ministro de epidemias Héctor Lombardo organizo una conferencia de prensa para anunciarnos que se había confirmado la recepción de un sobre con ántrax en nuestro país. Lombardo desde hace mucho tiempo debería explicarnos otros calamitosos resultados de su gestión, como el Pami, Presal, etc.

      Hoy ya podemos citar el desmentido de la compañía Ramada Plaza Resorts, que sostiene que hay una “falsa lectura positiva”. Sin necesidad de este desmentido tenía la firme convicción que hay un montaje distractivo del gobierno, o una parte del mismo al menos. Veamos algunas cuestiones de los ataques bioterroristas.

      Las cartas con ántrax en USA por orden cronológico:

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   American Media, editor de revistas y periódicos tabloide (sensacionalistas).

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  Cadena de televisión ABC, a su editora más reconocida.

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  Jefe de la oposición en el Senado de los EEUU, Tom Daschle.

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  Carta a Microsoft en laboratorio de Atlanta, proveniente de Malasia.

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   Gobernador del estado de New York, George Patakis.

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  Cadena de Televisión NBC, también a uno de sus editores más reconocidos.

Todos estos envíos fueron hechos en sobres individuales, manuscritos y salvo el proveniente de Malasia, los envíos partían de New Jersey. Si exceptuamos el sobre malayo, todos fueron enviados a personalidades o corporaciones en los cuales se puede obtener una difusión máxima. Además el ántrax utilizado era en polvo para que quien abriera el sobre supiera que estaba siendo víctima del ataque.

En otras palabras los terroristas han demostrado un patrón de conducta más o menos uniforme, enviando cartas en forma muy selectiva para dar la mayor difusión posible a su tenencia de ántrax. Una forma muy simple de lograr mayor difusión y máximo terror, máximos inconvenientes a la sociedad norteamericana.

Ahora veamos el sobre con ántrax que nuestro inefable Lombardo encontraron positivo. El sobre proviene de un mailing editado e impreso en forma secuencial por computadora, lo que implicaría un envío al azar de posible nula difusión. Además ha sido enviado, con todo respeto por la señora, a nadie en términos de la posibilidad de difusión, detección, ya que ni siquiera era el ántrax en polvo para que la persona se pudiera dar cuenta de la situación.

La mujer “solo sospecho” de un sobre cerrado de propaganda usual. Además como no lo abrió las autoridades sanitarias explican que no sufrió la infección del ántrax.

En otras palabras una víctima casual, cuyo ataque pudo ser desconocido por siempre, bajo un sistema patrón totalmente distinto a los anteriores, ¿para lograr que?

       Esta es la pregunta importante. ¿Argentina ha anunciado su participación decidida en el ataque al Talibán y Al Qaeda? No.

       ¿Argentina se halla en un boom económico que promueve la riqueza de los EEUU también? No, por el contrario estamos recibiendo dinero de sus carpinteros y plomeros.

       ¿Alguien necesita deprimir aún más la economía nacional? De la Ruina y su partido sobran, y no existe riesgo que podamos exportarlos

       ¿El gobierno radical ha cancelado algún plan de equipamiento con misiles portadores de armas de destrucción masiva a algún régimen fundamentalista, como el Cóndor 2? No.

       ¿Existían depósitos de Al Qaeda, Bin Laden en bancos locales, son tenedores de bonos argentinos? No, todos sabemos que son suicidas, no tontos, ni esclavos ciudadanos obligados a aceptarlos.

       Una vez analizadas las diferencias de los ataques sufridos con ántrax en los EEUU y el protagonismo alcanzado por un misterioso sobre en nuestro país. Con la llegada del ántrax los medios sepultaron la derrota electoral del gobierno, la caída de votos de Duhalde, el riesgo país, los pésimos reportes sobre el futuro de las finanzas públicas que se están emitiendo a diario en el mundo entero, etc.

       Ahora con ese mapa algunos nos preguntamos si el ántrax llego a la Argentina, y si llego quien lo trajo. Aunque más parece otra campaña radical como las bombas del 85, como trasladar la capital a Viedma, es decir otra chantada radical.

 

 

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