N ° 16/2001
Buenos Aires, julio 02 de 2001.-
Podrá decirse que tengo poca o ninguna paciencia, y es cierto. Podrá decirse que tengo preconceptos hacia radicales e izquierdistas, y también es cierto. Pero ocurre que esta película ya la vi.
Es como cuando voy a Blockbuster y alquilo algo que no estoy seguro si ya he visto, a los 2 minutos que empieza ya recuerdo todo, incluido el final.
Hoy me pasó lo mismo, a poco tiempo de estar soportando a los radicales ya estaba harto. Una manga de presumidos que ponen cara de que saben lo que van a hacer, que están seriamente convencidos de que son moralmente superiores al resto de los mortales y que no logran ocultar los complejos y resentimientos que los motivaron a incursionar en política pero que, en esencia, son lo mismo que nutrió al gobierno de Alfonsín. Son los mismos!!!!! Personalistas o antipersonalistas, alfonsinitas o delarruistas, lo mismo!!! Como siempre, tienen que adoptar el papel de víctimas, aún en la victoria. Ahora la desgracia es el "Déficit Fiscal", y están discutiendo por un "vuelto", sin recordar el estado en que entregaron el país en su último gobierno.
De La Rua que promete bajar los impuestos arranca con un paquete impositivo que deberá soportar la clase media, ese paquete, que debiera generar más recesión, en realidad, como dice Killner, va a generar más evasión, lo cual, por suerte, anularía el efecto negativo de las medidas. Típico!!!! Más radical imposible!!! Por un lado hacemos esto porque estamos obligados a parecer gente seria pero por el otro sabemos que esto no funciona, así que no se hagan problemas, ese es el mensaje: "somos los mismos inútiles de siempre". Imagínense el resto de la película, es como las de Hollywood.
Por otro lado se acaba de ir el más grande Presidente del siglo, y ningún periodista dedicó unos minutos a resaltar el clima de la entrega del mando, que ha sido un gesto de gran madurez política y de grandeza por parte de las autoridades salientes. Por el contrario, los enanos morales de la prensa se dedicaban a burlarse de las autoridades salientes, sin recordar que jamás vivieron un clima de libertad política semejante al que imperó en la Era Menemista. Ahora van a tener que sudar para no caer en las acostumbradas listas de desestabilizadores que confeccionan los funcionarios radicales. Los artistas van a tener que vérselas con la patota cultural. Los que hemos visto el manejo autoritario del "Gobierno de la Ciudad" nos imaginamos lo que se viene en el gobierno nacional. De La Rua cuenta con la impunidad que le da el "medio pelo" de esta sociedad que lo considera un moderado, inteligente y honesto, haga lo que haga. También estoy harto de los estúpidos que se dicen "peronistas de Perón", que renegaron del gobierno peronista y que posibilitaron la llegada de esta mersa de radicales e izquierdistas. Ya van a venir con el caballo cansado, mientras tanto, yo soy el desubicado.
GUILLERMO VATTUONE, 11 de diciembre de 1999, a la 1.48 a.m.