N ° 14/2001
Buenos Aires, junio 04 de 2001.-
Finalmente el desgobierno nacional alcanzo a realizar su convocatoria de acreedores privada y parcial, en unas condiciones de dudosa legalidad. Lo cual sucede ya que según nuestra Constitución corresponde al Congreso de la Nación arreglar la deuda pública. Existe por la ley 24.156 una facultad para que el Poder Ejecutivo pueda realizar canjes, reestructuraciones de la deuda del Estado siempre que de ella se obtenga una mejora.
El mega canje es claramente una operación que con toda claridad ha aumentado el monto de la deuda y la tasa de interés a pagar, lo que sitúa a los funcionarios que la han hecho probablemente en la comisión de algunos delitos.
Extraña el silencio de la Checa (oficina de encubrimientos y persecuciones) que, ocupada de investigar la compra de 12 tapas de inodoro por María Julia Alsogaray, ha omitido querellar a los funcionarios que han firmado un contrato directo por más de U$ 29.000 millones, algo así como el 60% del presupuesto anual de gastos que le autoriza el Congreso de la Nación.
Dejando de lado la cuestión legal el mega canje ha implicado un aumento de la deuda en alrededor de U$ 7.500 millones y U$ 1.900 millones de intereses adicionales por mayor tasa de interés. Los 12 meses anteriores del gobierno radical aliancista, tuvo un déficit superior a los U$ 8.200 millones, recibió el blindaje, lo cual demuestra su absoluta irresponsabilidad e ineficiencia, pero ahora empezaron la tercera edición de la “operación optimismo”.
La nueva “operación optimismo” pretende hacernos aceptar que la mega bomba que han colocado para que explote a partir del año 2005 es un éxito que aleja la posibilidad del default o quiebra del estado argentino. La verdad es otra porque siguen teniendo una altísimo déficit que necesitarán financiar quitándole el acceso al crédito al sector privado.
Al igual que Alfonsín entre 1985 y 1989, este mega canje está dejando una mega bomba de tiempo al próximo gobierno. Pero esa mega bomba no es un problema ajeno a cada uno de nosotros. Esa mega bomba nos explotará a nosotros, a todos, o vamos a tener que perder nuestros patrimonios para evitar esa explosión.
"Creo que hay buenas y malas noticias. La buena noticia es que el canje ha tenido un importante impacto en términos de tamaño, con buena participación de inversores extranjeros; la mala noticia es que los bonos argentinos todavía están cotizando a niveles que hacen bastante difícil una recuperación de la economía en el corto plazo." Así describió la operación el economista Pablo Goldberg en el programa de Enrique Szewach del lunes.
Unos minutos antes el Secretario de Política Económica Federico Sturzenegger se despacho con uno de los verdaderos objetivos políticos de la mega bomba "Creemos que el canje que hemos anunciado ayer ha sido muy exitoso y va a dar un respiro para poder avocarse ahora no a manejar la deuda sino a manejar la economía." En otras palabras la soberbia de todo gobierno de creer que se puede manejar la economía.
Por el contrario Adam Smith creía que los gobiernos no saben como crear riqueza, pero si pueden impedir su creación.
Pero esta mega bomba tiene también otro riesgo adicional, que los dirigentes del gobierno alentados por el diferimiento de la quiebra no hagan los cambios estructurales que ya no hicieron aun bajo la presión del desastre. De la Rua y sus camaradas despilfarraron el “blindaje” en menos de tres meses. A López Murphy lo echaron en menos de 48 horas cuando propuso unos recortes del gasto público bastante por debajo de las necesidades de la economía.
En esta tercera “operación optimismo” quieren que creamos que un shock de droga, o deuda, nos pondrá en marcha. Por ahora solo aumentaron el poder destructivo de la bomba, cambiaron TNT por neutrones. No es para alegrarse.