N ° 09/2001
Buenos Aires, marzo 26 de 2001.-
Una linda y joven rubia toma el avión a Nueva York con un pasaje en clase turista. Cuando llega al avión busca su asiento y de repente se encuentra con los asientos de primera clase.
Viendo que parece que estos son mucho más grandes y confortables, decide sentarse en el primer asiento vacío que ve. La azafata chequea su ticket y le dice a la chica que su asiento es de clase turista. La rubia responde:
-Soy joven, rubia y linda y voy a sentarme aquí hasta llegar a Nueva York.
Frustrada, la azafata va a la cabina y le informa al Capitán del problema con la rubia. El Capitán va a hablar con la rubia y le confirma que su asiento es de clase turista. La rubia responde:
-Soy joven, rubia y linda y voy a sentarme aquí hasta llegar a Nueva York.
El capitán no quiere causar problemas con lo que se retira a la cabina para comentarle el problema al copiloto. El copiloto le dice que su novia es rubia y que él puede hacerse cargo del problema. Así que va a ver a la rubia y le susurra algo al oído.
Ella inmediatamente se levanta y dice:
-Muchísimas gracias -... abraza al copiloto y se va a sentar a su asiento de clase turista.
El piloto y la azafata, quienes estaban observando alucinados la escena corren a preguntarle al copiloto qué le había dicho a la chica para convencerla. El copiloto les dice:
-Le dije que los asientos de 1ª clase no van a Nueva York.
NOTICIA!!! del 97
Publicada en la sección de humor de un diario Mexicano
La muerte de una princesa inglesa acompañada de su novio egipcio, a bordo de su automóvil alemán con motor austriaco que chocó por la noche en un túnel francés, mientras usaba su teléfono móvil sueco, conmovió al mundo entero.
El vehículo iba manejado por un chofer Belga educado en Escocia. El piloto conducía había tomado vodka rusa minutos antes del incidente. El percance se cree fue por eludir paparazzis italianos a bordo de motocicletas japonesas, que trataban de tomar fotografías para revistas sensacionalistas españolas con sus cámaras japonesas.
Al llegar al hospital fueron atendidos por un doctor especialista Americano que fue asistido por un paramédico Turco; ambos utilizando ropa medica fabricada en Bangladesh y medicina exótica importada desde Brasil no pudieron salvarles la vida.
Conclusión: LA GLOBALIZACIÓN NO SIRVE.