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N ° 08/2001

Buenos Aires, marzo 12 de 2001.-

OMERTÁ POR SHUBEROFF

      El viernes pasado la revista La Primera publico una investigación bien documentada del crecido e injustificado patrimonio del rector de la Universidad de Buenos Aires, viejo reducto del radicalismo pagado con el dinero ajeno, es decir con el nuestro.

      La investigación incluye las fotografías de las 7 (siete) casas que don Shuberoff adquirió en Virginia, cerca de la odiada capital del imperialismo yanqui. También el detalle de cuatro tiempos compartidos en Aruba, paraíso fiscal que ‘oportunamente’ ha escapado a la investigación de la Diputada Lilota Carrió.

      La casa del juez Liporaci constituyó la tapa de todo el grupo Pravda Clarín, sus diarios, noticieros televisivos, radiales, etc dieron amplia cobertura a la casa comprada por el ex juez federal.

      Del fondo inmobiliario del rector de la UBA, cuyo sueldo es de $ 5.000 mensuales, y debe recordarse que durante la gestión del incapaz de Raúl Alfonsín estaba prohibido además comprar dólares, por lo cual además del flagelo inflacionario Shuberoff estaba restringido a tener australes en sus bolsillos, por lo tanto solo desde 1989 debió amasar una fortuna claramente inexplicable salvo que ha manejado la UBA como si fuera su empresa familiar y mafiosa.

      Debe ser en agradecimiento a tantas “becas” radicales y progresistas durante estos años en la UBA que la semana pasada nuestro lerdo presidente solo recibió a Franja Morada (sostén del corrupto Shuberoff) para asegurarles a sus muchachos que no se iba a arancelar la universidad. Es decir que seguiría la joda con dinero ajeno, del pueblo.

      Las auditorías realizadas por la AGN (Auditoría General de la Nación) han sido lapidarias. Desde hace cuatro años señalan gruesas irregularidades administrativas perpetradas por la banda de Oscar Shuberoff en la UBA. Las irregularidades  incluyen triples nombramientos con superposición horaria, exceden las horas del día de los demás mortales, faltantes por decenas de millones de dólares de las “cajas chicas”, compras y contrataciones directas en violación de reglamentos, utilización de equipos públicos para lucro de Franja Morada y los centros de estudiantes que ella controla, etc.

      La Oficina de Persecuciones y Encubrimientos parece que sorda, ciega y muda frente a esta  verdadera asociación ilícita existente en la UBA, cuyo fines son utilizar dineros públicos con fines partidarios y enriquecerse personalmente.

      Claro que hay que tener en cuenta que la mayoría de sus miembros han sido beneficiados por esos dineros y manejos de Shuberoff, así aprendieron derecho, descubrieron su vocación justiciera. Igual que podrían hacerlo bajo la tutela de Josef Stalin y Fidel Castro.

      Mientras tanto Clarín, Noticias y La Nación se plegaron a la omertá socialista y no publicaron ni una página sobre el desfachatado enriquecimiento del capo de la UBA, Oscar Shuberoff y sus cómplices.

      A la UBA no hay que arancelarla, hay que cerrarla y empezar de nuevo desde cero. Un grupo tan corrupto en su dirección solo puede producir tecnócratas igualmente corruptos, y algunos pocos profesionales devaluados. Con esta universidad no hay que extrañarse que luego los profesionales trabajen de ascensoristas o taxistas.

      Pero más importante aún es la comprobación de una conspiración mediática para proteger y promover a los “progres” que son los primeros y los más corruptos, mientras por mucho menos fusilan en sus portadas a quienes deciden convertir en corruptos emblemáticos.

      ¿Cuántas páginas y tintas se usaron para hablar de las casas de cualquier funcionario cercano al justicialismo, en especial al menemismo, y ahora ni un renglón para el camarada Shuberoff.

      Así de injusto, parcial y basura son muchos medios y periodistas que se llenan la boca con palabras lindas solo para encubrir a su camaradas.

 

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