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N ° 08/2001

Buenos Aires, marzo 12 de 2001.-

INMORALIDAD DE DESIGNACIONES Y CANDIDATOS

      Se llenaron la boca explicando que el Consejo de la Magistratura mejoraría la justicia y la composición del mismo, mientras tanto hace una semana un escándalo moral fue disimulado por los medios en la propuesta de terna para designar jueces electorales.

      Se trata de la propuesta de Santiago Corcuera, que según entiendo tiene militancia radical y hasta alfonsinista pero se pretende un independiente. No tengo dudas de su capacidad personal más allá de su ocultada militancia política partidaria, pero la grave inmoralidad es que en la actualidad Corcuera es Secretario General del Consejo de la Magistratura.

      En otras palabras se presento como candidato alguien con acceso diario a los exámenes, a los examinadores, desde una relación de confianza, etc. Una ventaja desleal e inadmisible.

      Este caso es una demostración más de la duplicación de organismos ineficientes creados por la Constitución de 1994, que solo complican y aumentan la corrupción y la falta de transparencia.

      Luego tenemos el caso del funcionario encargado de convocar a los eventos llamados Argentina Polo Play en los EEUU para difundir al carne argentina, su nombre es Santiago Berhongaray. Organizador de los eventos la misma Secretaría de Agricultura encabezada por Antonio Berhongaray, es decir que designo a su hermano. Auspicio del costoso evento contó con el dinero del Banco de la Nación Argentina, y el Tesoro Nacional.

      Finalmente y como todo queda en familia se supo hace algunos días que Aníbal Ibarra estaba cerca de conseguir el pleno empleo de su familia, ya que ha ubicado en el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires nada menos que a ocho parientes directos, entre los que obviamente se cuenta su esposa, un hermano, dos cuñados, el padre y un tío de uno de los cuñados y un sobrino.

      Uno de los cuñados, Juan Carlos López es nada menos que el Procurador General de la Ciudad, responsable de “respaldar, aconsejar o negar” el respaldo legal (nada menos) de los actos de gobierno.

      La esposa del Jefe de desgobierno trabaja en la Gerencia de Compras del Banco de la Ciudad Buenos Aires. El cuñado Fernando Pablo Mazza es el Director General de Coordinación Administrativa de la Secretaría de Salud, desde donde administra los negocios de Lombardo.

      Otro clan que siempre nos sorprende por su unidad y solidaridad familiar es el propio Presidente de la Nación don Fernando de la Ruina, que al menos genera empleo. Ahora se descubrió el caso del “enterrador”, Alfonso de la Rua, su cargo es Dirección General de Asuntos Institucionales y Partidos Políticos de la Auditoría de la Ciudad de Buenos Aires.

      El enterrador tiene bajo su responsabilidad emitir una serie de informes sobre la gestión de los ex Jefes de Desgobierno de la Ciudad, Fernando de la Ruina y Enrique Olivera. Porque lo llamo enterrador, porque justamente está retrasando los informes, o limpiando la basura dejada.

      Por supuesto que Alfonso de la Rua se indigna y dice que se quiere proscribir al apellido De la Rua. Lo cual es una mentira absoluta dada la acumulación de designaciones de familiares directos y políticos que ha realizado el presidente de la Nación.

Alfonso de la Rua tiene experiencia anterior. Son siete años en la Auditoria General de la Nación, organismo creado en la Constitución de 1994, que debe ser presidido por la primera oposición parlamentaria y donde los senadores tienen una alta influencia. Casualmente don Fernando de la Ruina por ese entonces era Senador, lo que demuestra la persistencia de su esfuerzo por “colocar” a la familia.

       Como una demostración de la transparencia de su actual gestión declaró: “solo digo que tengo confianza en que Fernando de la Rua actuó bien.” Verdadera muestra de objetividad hacia la gestión del primo a quien le debe sus empleos desde hace 8 años y que asegura que está trabajando de “enterrador”.

       Por la lectura agobiante de su cargo debemos entender que el primo también audita las contribuciones y pagos de las campañas electorales, por lo cual al fin nos enteraremos porque cuando Antonito de la Rua dijo haber cobrado $ 15.000 de la campaña de Aníbal Ibarra, este lo negó.

 

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