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N ° 06/2002

Buenos Aires, junio 25 de 2002.-

EL MITO DE LOS NUEVOS POLÍTICOS

   Una vez más escuchamos la prédica que hacen falta políticos jóvenes como si la juventud fuera carta de cambios, y mas falso aún.

   No quisiera ir demasiado lejos en el tiempo, ni en la geografía, pero resulta necesario.

   Cuando Adolf Hitler tomó el poder tenía 44 años, se suicidó a los 56, habiendo causado una guerra mundial en la cual fallecieron no menos de 21 millones de personas, el genocidio de millones de judíos, gitanos, eslavos, etc.

   Konrad Adenauer resultó electo Primer Ministro de Alemania en 1949 a los 83 años y fue el autor del milagro democrático y económico de la Alemania Occidental.

   Stalin tenía alrededor de los 40 años cuando tomo el poder absoluto de la URSS y su máquina totalitaria asesinó más de 60 millones de personas durante su gobierno.

   Fidel Castro ya lleva más de 43 años en el poder oprimiendo al pueblo cubano, hundiéndolo en la miseria moral y económica. Tenía solo 36 años cuando instauró su genocida dictadura. Su cómplice el camarada Ernesto Che Guevara no era mayor que él.

   Ronald Reagan tenía 67 años cuando asumió su primera presidencia.

   Aquí en 1983 el aparato de propaganda estatal nos intento convencer que la Renovación y el Cambio serían Raúl Alfonsín, Leopoldo Moreau, Federico Storani, Marcelo Stubrin, Jesús Rodríguez, Changüí Cáceres, en suma la Junta Coordinadora Nacional.

   Desde 1973 nos venían vendiendo al Chupete de la Ruina, como un cambio político.

   No necesitamos ir muy lejos para recordar a Antonito de la Ruina, Aíto de la Ruina, Hernán Lombardi, Darío Lóperfido, Cecilia Felgueras y toda la banda de los sushis, incluyendo Martín Varsavsky.

   De otros lados nos llegan los nuevos como Horacio Rodríguez Larreta (h) de quien solo se conocen grandes pautas publicitarias, jugosos contratos de consultoría con resultados de organigramas para acomodar amigos bien pagados, etc. Eso sí por cada organismo que pasó solo se sigue esperando alguna reforma que lo haga funcionar y termine con la corrupción. Y es tan nuevo que solo lleva más de 9 años de empleo público sin interrupción.

   O Daniel Scioli quien reemplazo a Hernán Lombardi en Turismo, designo a su esposa con un alto sueldo, y encima cajoneo todos los expedientes irregulares de Hernán Lombardi. A este último podrían ponerlo en el Guinnes de las contrataciones directas, reiteradas y jamás con licitación.

   También tenemos a la banda de la Oficina de Persecuciones y Encubrimientos, que la neohabla aliancista nomino Oficina Anticorrupción. ¿Alguna denuncia contra los sushis, la administración radical frepasista? Ni una, aún siguen persiguiendo a la de Carlos Menem. Esos son los jóvenes idealistas que con un modelo estalinista, guevarista montaron una Cheka local.

   Podría seguirse con los ejemplos, y se podrá ver la falsedad de esta propaganda que busca encubrir la carencia de ideas.

   No es bueno que nos hagan pagarle los cursos de aprendizaje en el ejercicio del poder a los jóvenes porque son jóvenes.

   Si quisiera volver a la política sería un discurso que me conviene, pero lamentablemente es inconveniente para el país, para nuestro pueblo.

   No se trata de jóvenes o viejos, de nuevos o viejos políticos, sindicalistas, empresarios, periodistas, sacerdotes, etc. Gobernar, administrar no es una competencia de alta destreza física.

   Se trata de ideas correctas, buenas. Políticos jóvenes como Fidel Castro, Ernesto Che Guevara, Adolf Hitler, Josef Stalin, Horacio Verbitsky, etc. con las ideas que tenían eran un peligro para el resto de la humanidad, y lo concretaron. Mataron, asesinaron, encarcelaron, destruyeron libertades, justicia, riquezas en pos de sus falsos mitos.

   Aquí siempre nos venden algún grupo de nuevos jóvenes, de nuevos políticos. Inclusive son nuevos quienes fueron funcionarios de Cámpora, Isabel, Videla, Alfonsín, Menem, de la Ruina, Rodríguez Saa y Duhalde, aún los que sirvieron a varios de esos gobiernos sucesivamente.

   Lo relevante es que tengan las ideas correctas, que tengan el liderazgo y la convicción para llevarlas adelante.

   Luis Zamora, Vilma Ripoll, Elisa desCarrió, son más jóvenes que Carlos Menem, pero sus ideas son genocidas, totalitarias, autoritarias, incorrectas y brutales. La historia ya lo comprobó a costa de millones de muertos, hambrientos, víctimas de campos de concentración llamados de reeducación.

   Tampoco los años prueban capacidad, tenemos en nuestro país el máximo mito, me refiero al líder “renovación y cambio” don Raúl Ricardo Alfonsín. Un desastre, un mezquino y un falso demócrata. No es que está viejo y terco, siempre fue así. Todavía su renovación y su cambio nos tienen hundidos en la miseria, y como buen socialista desde que tomó el poder, aun cuando haya huido por incapaz, ha permanecido agarrado a él, obstruyendo a los demás y cuando ha podido destruyendo como desde 1994.

   Por supuesto en Argentina existen jóvenes valiosos, con buenas ideas, por ejemplo el Senador Nacional Pablo Walter de Tucumán, los Diputados Nacionales Ricardo Bussi, Adrián Menem, como también jóvenes con ideas peligrosas como la camarada Senadora Nacional Vilma Ibarra, cuyos discursos tienen el sello castro comunista.

   No nos vendan más faroles, no nos vengan con ese hueso de los nuevos políticos, de los jóvenes. Se trata de capacidad, de ideas correctas. Nada más y nada menos.

   Y gracias a que otros pueblos no han cometido la estupidez soberana de desechar a sus mayores con ideas correctas Ronald Reagan derroto al Imperio del Mal, a la URSS, Honrad Adenauer construyo las bases de una Alemania democrática, republicana, y en paz.

   No quieran hacernos elegir a los nuevos dinosaurios como si fueran la solución solo por ser jóvenes. Nuevos ni siquiera, porque estos empezaron casi adolescentes.

 

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