N ° 06/2001
Buenos Aires, febrero 12 de 2001.-
Domingo 22:05, TV y una familia reunida religiosamente alrededor de ella.
El cumpleaños del nene..... el número de camiseta del ídolo futbolístico..... el número de la puerta de calle.... la primera salida con la amada esposa.... la patente del auto..... y un inexplicable pero siempre compañero número favorito....
Segundos sin habla, y el legendario locutor anuncia su clásico "hay, hay, hay... UN GANADOR !!!!!!".
El silencio se transformó en gritos, abrazos sin entender, pocos en la mesa sabían lo que estaba sucediendo. Sólo el padre, que lloraba sin hablar, abrazaba y balbuceaba como queriendo despertarse de un sueño..
El azar se acordó de esta familia. El gran pozo del loto tradicional tenía dueño, un solo dueño.
Pasó la algarabía, pasaron algunos días y en silencio planearon, en la misma mesa, el futuro. Acordaron perfil bajo, el padre renunciaría al trabajo que tanto lo hartaba, el dinero en el banco iba a asegurar un futuro promisorio.
Los hijos, díscolos para el estudio, abandonaron la carrera, dejaron el "mercedes dos puertas" por una moto sin puertas. La mujer cumpliría el sueño de olvidar los quehaceres domésticos.
Durante los primeros meses no fueron decididamente austeros aunque tampoco cayeron en el gasto fácil y revelador.
El futuro que parecía definido, estaba determinado.
Todo gasto, pequeño o grande, es dispendioso cuando el esfuerzo es igual a cero.
En algunos años, los fondos se habían agotado. La renta no cubrió los "nuevos gastos fijos" de la "afortunada familia". Hubo que empezar nuevamente de cero, después de un inolvidable verano.
El gobierno argentino recibió en Diciembre del año 2000 un paquete de ayuda económica llamado "blindaje financiero". En cuestión de horas carteles entusiastas invadieron las ciudades. "crecimiento económico", "salud y educación", "los beneficios ahora llegan a la gente", "crecimiento con equidad".
Los funcionarios anuncian el fin de treinta meses de recesión, en tanto que diputados y senadores, aprovechando el receso y huyendo del tórrido calor de Buenos Aires, se fueron de vacaciones hasta marzo.
Los proyectos de reforma, que se iban a estudiar desde la campaña, aún no han comenzado.
Sólo un paquete de medidas, aisladas, inconexas, mas para cumplir con los requisitos de los "sponsors" del blindaje que como producto de un plan concreto fueron anunciadas. La puesta en marcha, aún está en "veremos".
Algunos tímidos decretos con reformas parciales en el sector de obras sociales y previsión, pero sin reestructuraciones de fondo en el sector público, en las relaciones laborales ni en los dislates fiscales de las provincias.
Argentina no encaró ni reformas de fondo, ni siquiera un estudio serio de las modificaciones necesarias que requiere el régimen de recaudación de impuestos, el gasto público nacional y provincial, el rol del gobierno, y las leyes laborales.
El país está en la misma situación que la familia "afortunada" cuando iba utilizando "tramo a tramo" los recursos del loto.
A nivel país, el loto es el blindaje. Renunciar al trabajo, es renunciar a las reformas. La confianza en un futuro promisorio, es la tranquilidad hasta las próximas elecciones.
Los escenarios finales son iguales. La familia volvió a fojas cero y retornó al mercado laboral. El país volverá a las "crisis fiscales" y solicitar un nuevo blindaje, si no se hacen urgentemente las reformas necesarias.